La ciudad sureña de Cantón aumentó los controles en las últimas horas tras comunicar este lunes la detección de 122 casos sintomáticos y 1.813 asintomáticos de covid-19 en la víspera entre su población, de unos 18 millones de habitantes.
Se han decretado confinamientos en las zonas de la ciudad en las que se detectaron rebrotes y, durante el fin de semana, se trasladó a más de 30.000 personas a centros de cuarentena, informó este domingo la subdirectora de la Comisión de Sanidad de la ciudad, Zhang Yi.
Según la funcionaria, la urbe, capital de la provincia homónima, se enfrenta a la situación pandémica «más compleja y grave de los últimos tres años».
Uno de los focos del rebrote es el distrito de Haizhu, que cuenta con una alta densidad de población: «Un entorno tan densamente poblado y con calles estrechas favorece una rápida propagación del virus», advirtió el portavoz del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de la ciudad Zhang Zhoubin.
Antes de este rebrote, los habitantes de Cantón ya tenían que presentar una prueba negativa PCR realizada en las 72 horas previas o menos para poder acceder a lugares públicos, como parte de las campañas de pruebas PCR rutinarias ya habituales en las grandes ciudades chinas desde la pasada primavera.
Asimismo, 1.088 vuelos previstos para este lunes a o desde el aeropuerto local -84% del total- han sido cancelados, según el portal chino de seguimiento de vuelos Flight Master.
En China, todavía aferrada a la política de cero covid, es poco habitual que una ciudad informe de más de 1.000 nuevas infecciones en un solo día y, cuando ha ocurrido, ha desembocado frecuentemente en confinamientos generalizados.
Pese a los diversos rebrotes registrados en los últimos meses, atribuidos a la variante ómicron y que han provocado cifras récord de contagios no vistas desde el inicio de la pandemia en la primera mitad de 2020, las autoridades sanitarias sostienen que la estrategia es «la más económica y científica» porque «detecta rápidamente nuevos contagios y contiene la propagación al menor coste y lo antes posible».
La directriz consiste en el aislamiento de todos los contagiados y sus contactos cercanos, estrictos controles fronterizos, restricciones a la movilidad y campañas de pruebas PCR masivas allá donde se detecta algún caso.
Durante el XX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh), celebrado el mes pasado en Pekín, ni en el discurso del secretario general de la formación y líder del país, Xi Jinping, ni en las comparecencias de los distintos portavoces se dejó entrever un cambio de estrategia.
Según las cifras oficiales, desde el comienzo de la pandemia fallecieron 5.226 personas en China, cuyas autoridades defienden que la política de ‘cero covid’ ha salvado millones de vidas.