La violencia en la frontera entre el Líbano e Israel se reanudó este lunes con nuevos ataques del grupo chií libanés Hezbolá contra cinco lugares del Estado judío, que ha respondido con artillería contra el territorio libanés mientras siguen los contactos para evitar una escalada.
«Los muyahidines de la Resistencia Islámica atacaron cinco lugares israelíes (…) con armas directas y lograron bajas confirmadas», anunció el movimiento político y armado libanés en un breve comunicado, en el que no aclara qué tipo de armamento utilizó.
Por su parte, el Ejército israelí informó de que varios puestos pertenecientes a sus fuerzas fueron objeto de disparos en las zonas fronterizas con el Líbano y de que un misil fue lanzado contra uno de sus tanques, sin que ninguna de las dos acciones dejara víctimas.
Las tropas israelíes están respondiendo con artillería contra los puntos de origen del ataque, según el Ejército.
La violencia se recrudeció ayer en la divisoria, con al menos cinco ataques con misiles y otras acciones por parte de Hezbolá contra varios puntos del norte de Israel, elevando el temor a que el movimiento armado decida involucrarse de forma directa en la guerra de Gaza.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, anunció hoy que su gobierno continúa manteniendo contactos para evitar que el Líbano se vea implicado en la guerra entre Israel y las milicias de la Franja de Gaza, pero reconoció que es imposible «predecir lo que pueda ocurrir».
El dirigente ha confirmado contactos con el secretario general de la ONU, António Guterres, o los presidentes de Francia y Turquía, Emmanuel Macron y Recep Tayyip Erdogan, respectivamente; además de con Estados Unidos, Italia, Jordania, Catar, Reino Unido y Canadá.
Desde el pasado 8 de octubre, el grupo chií libanés y las tropas israelíes se han enzarzado en una serie de ataques cruzados en las zonas fronterizas, donde también se han producido algunas acciones reivindicadas por facciones palestinas presentes en el territorio libanés.