Cientos de personas despidieron este jueves en Minneapolis a George Floyd, el ciudadano negro que murió cuando un policía blanco lo inmovilizó con la rodilla al cuello, desatando una ola de protestas no vistas en décadas, en una ceremonia llena de detalles íntimos pero con un tono muy político.
Manifestaciones, por lo general pacíficas y silenciosas, tuvieron lugar nuevamente este jueves en todo el país en reclamo de justicia y del fin de las discriminaciones raciales.
Miles de personas de todos los orígenes manifestaron en las calles de Nueva York, así como en Washington, Seattle y Los Angeles, tres ciudades en las que el toque de queda fue levantado.
La indignación continuó extendiéndose fuera de Estados Unidos. En Viena, una marcha reunió a alrededor de 50.000 personas, según la policía, una de las movilizaciones de mayor asistencia en los últimos años en la capital austríaca.
El reverendo y veterano activista por los derechos civiles Al Sharpton fue el encargado de la elegía, en la que afirmó que Floyd no murió de una enfermedad común sino por un mal funcionamiento de la justicia de Estados Unidos.
«Lo que le pasó a Floyd pasa todos los días en este país», proclamó, llamando a la policía a rendir cuentas de sus actos.
«Tú cambiaste el mundo, George», agregó después que la difusión de las imágenes de la muerte de Floyd desatara una indignación inédita desde el asesinato en 1968 del activista negro Martin Luther King Jr.
«Vamos a seguir hasta que cambiemos todo el sistema de justicia», afirmó Sharpton.
La ceremonia, con música y fuertemente marcada por las restricciones del coronavirus, mezcló testimonios íntimos de la familia con la presencia de activistas como el reverendo Jesse Jackson y políticos como la senadora de Minnesota Amy Klobuchar y el alcalde de Minneapolis Jacob Frey.
El ataúd dorado con sus restos fue colocado delante de una proyección que muestra un mural pintado en el lugar donde murió Floyd, y donde ahora hay un memorial improvisado con flores y mensajes.
La mayoría de los asistentes portaban mascarillas, algunos con la leyenda «No puedo respirar», las últimas palabras pronunciadas por Floyd cuando el policía blanco Derek Chauvin lo inmovilizó presionando la rodilla contra su cuello durante ocho minutos y 46 segundos.
En un momento de la ceremonia, los asistentes guardaron silencio durante este mismo espacio de tiempo y cuando el cuerpo de Floyd entró en el lugar el jefe de la policía de Minneapolis, Medaria Arradondo, se colocó con una rodilla en el suelo, en señal de respeto.
Una ceremonia en Nueva York
En Nueva York se celebró una ceremonia simultánea a la que asistió uno de sus hermanos, Terrence.
Los asistentes portaban carteles con mensajes como «El silencio de los blancos es violencia» y «Hagamos de Estados Unidos algo no vergonzoso otra vez«.
La ola de protestas que agita desde hace diez días el país se intensificó el lunes cuando el presidente Trump amenazó con movilizar al ejército para restaurar el orden después de que protestas pacíficas durante el día derivaron en disturbios nocturnos.
Los desórdenes obligaron a muchas ciudades a declarar toque de queda y a nivel nacional han sido detenidas 10.000 personas, según medios locales.
Otros arrestos fueron reportados el jueves por la noche en Nueva York entre los manifestantes que desafiaron el toque de queda en vigor desde las 8:00 pm.
No lejos de allí, en Buffalo, dos policías fueron suspendidos sin paga luego de que un video difundido en las redes sociales los mostrase empujando violentamente a un hombre mayor que cae al suelo. Según una primera declaración de las autoridades, el hombre, que sangraba profusamente y parecía haber perdido el conocimiento, «tropezó y cayó».
«Este incidente está totalmente injustificado y es completamente vergonzoso», dijo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, en un tuit.
Sin embargo, después de más de una semana de movilizaciones, la situación parece haberse calmado significativamente en el país, pues los manifestantes obtuvieron una primera «victoria» en el campo legal.
Como exigían, el fiscal que investigaba la muerte de Floyd en Minneapolis redefinió los hechos como homicidio sin premeditación y acusó a los otros tres oficiales presentes de ayudarlo e incitarlo.
Los policías comparecieron ante el tribunal el jueves para que se fijara su fianza: entre 750.000 y 1 millón de dólares cada uno.
Acusado por la oposición demócrata de echar leña al fuego amenazando con usar el ejército para controlar las calles, Trump se mantuvo en esa línea, pese a la denuncia judicial que interpusieron contra él la asociación de defensa de los derechos civiles ACLU y otras organizaciones por la carga policial contra la concentración pacífica frente a la Casa Blanca el lunes.
«¡ORDEN PÚBLICO!», volvió a tuitear en mayúsculas en lo que sin duda será uno de los temas de su campaña de reelección para las presidenciales del 3 de noviembre.
Twitter, el medio favorito del multimillonario republicano, invocó un problema de «derechos de autor» para eliminar un video del presidente rindiendo homenaje a George Floyd.
Para su equipo de campaña, es simplemente «censura» de Twitter y su jefe Jack Dorsey del discurso presidencial.
«El mismo discurso que los medios se negaron a cubrir«, dijo su campaña… en Twitter.
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