China pidió este martes a Estados Unidos (EE UU) que no especule con las compañías chinas ni las bloquee en su territorio, después de que el gobierno de Donald Trump recomendara el lunes que se deniegue a China Mobile, el mayor operador de telefonía del mundo, la licencia para operar en el país.
«Urgimos a EE UU a que abandone la mentalidad de la Guerra Fría y el juego de suma cero, deben ver este asunto de la forma correcta, no deben especular ni reprimir a las compañías chinas de esta manera», subrayó Lu Kang, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, en rueda de prensa en Pekín.
En vez de tener esa actitud, señaló, «deben ofrecer un trato igualitario y un ambiente favorable para las empresas chinas y hacer más para promover la confianza mutua y la cooperación», algo que en su opinión sirve al interés de ambos países.
Lu animó a las firmas chinas a que inviertan en Estados Unidos obedeciendo a las leyes chinas, las reglas internacionales y las normas locales.
Sus comentarios se produjeron después de que ayer la Administración Nacional de Información y Telecomunicaciones (NTIA, en inglés), que depende del Departamento de Comercio estadounidense, se escudara en motivos de «seguridad nacional» para emitir su recomendación a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), la agencia independiente que tomará la decisión final.
«Después de una significativa interacción con China Mobile, las preocupaciones sobre el aumento de riesgos para el orden público y la seguridad nacional en EE UU no pudieron resolverse», afirmó en el comunicado David J. Redl, subsecretario para Comunicaciones e Información del Departamento de Comercio.
China Mobile, con cerca de 900 millones de usuarios y empresa de propiedad estatal, había solicitado en 2011 la licencia de operación en EE UU a la FCC y está a la espera de una resolución.
La recomendación de la Administración de Trump se ha producido en plena escalada de tensión comercial entre Pekín y Washington, cuando quedan tres días para que entre en vigor la primera oleada de aranceles de EE UU a productos importados chinos por valor de 34.000 millones de dólares, el próximo viernes 6 de julio.
El portavoz de Exteriores recordó que China está «bien preparada» para tomar las «medidas necesarias» si estos gravámenes entran en vigor.