Chile evacuó este sábado la mayoría de sus playas -salvo en dos regiones australes- en los más de 4.000 km de costa, junto a las de Isla de Pascua y la Antártida, ante la posible llegada de un tsunami tras la erupción volcánica en Tonga.
A lo largo del día las autoridades pasaron de alertar de la posibilidad de tsunami para la Isla de Pascua y el archipiélago Juan Fernández, a unos 3.300 km al oeste del continente en el océano Pacífico, a desocupar las playas de todas las regiones desde la frontera norte con Perú hasta el extremo sur.
Solo se exceptuaron las australes regiones de Aysen y Magallanes.
«Abandonar zona de playa, por tsunami menor», dice el mensaje de texto de emergencia que fue recibiendo la población que se encontraba en todas las regiones afectadas.
Desde la mañana, se registró una variación en la altura del oleaje de entre 30 centímetros y un metro.
Las zonas más críticas son las regiones de Coquimbo (centro-norte) y Los Ríos y Los Lagos (sur), las únicas en estado de «Alerta por tsunami», debido a que los registros de la ondulación del oleaje superó el metro de altura, indicó la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi).
«Establece Alerta de Tsunami para el borde costero de esa región. Onemi envió un nuevo mensaje SAE. Hacemos un llamado a evacuar a zona segura (cota 30) y seguir las instrucciones de la autoridad», alertaron las autoridades a través de las redes sociales.
En pleno verano austral
Miles de personas que disfrutaban en las playas de Chile durante el verano austral fueron alertadas con el sonido en sus teléfonos de la estridente alerta de tsunami.
Los veraneantes tomaron sus pertenencias y abandonaron «el agua y la arena» los requisitos que habían pedido las autoridades para las zonas que no están en «Alerta» sino en «precaución», un nivel de riesgo inferior.
Sombrillas y toallas quedaron tiradas y los ciudadanos -entrenados en Chile en varios simulacros al año para evacuación por tsunami- salieron rápidamente de la zona de playa para dirigirse a lugares más altos y alejados de la costa.
En lugares como Dichato, a 510 km al sur de Santiago -donde en 2010 se registró un gran tsunami producto de un terremoto de magnitud 8,8-, se pudo observar cómo el mar se recogía de la playa dejando a la vista varios metros de arena que habitualmente queda bajo el agua del mar.
Anomalía en mareas
Funcionarios de la Onemi y La Armada de Chile explicaron que se activaron los protocolos habituales en Chile tras un terremoto que pueda provocar un tsunami.
Sin embargo, al haber ocurrido por la erupción de un volcán subacuático, el comportamiento del oleaje y las mareas es «anómala».
«Es algo que nunca nos había pasado, nos hace tomar las precauciones rápidamente para poder alertar a la gente», explicó en rueda de prensa el almirante de la Armada, Leonardo Chávez.
El militar advirtió que en condiciones normales la altura de la marea sube y baja cada 8 horas, sin embargo, con la erupción del volcán submarino en Tonga, esas variaciones se dan en cuestión de minutos.
La erupción volcánica submarina en el Pacífico en las islas Tonga provocó un tsunami con olas de 1,20 metros en Japón y generó alertas en la costa oeste de Estados Unidos.
A través de imágenes tomadas desde el espacio, se pudo observar el momento en que la última erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai envió un hongo de humo y ceniza al aire y una onda expansiva a través del mar circundante.