Alrededor de un millón de personas tuvieron que dejar sus casas en la Franja de Gaza debido a la guerra que estalló tras el letal ataque del grupo islamista palestino Hamás en Israel el 7 de octubre, indicó el domingo la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
Juliette Touma, directora de comunicación de UNRWA, estimó para la AFP que «un millón de personas tuvieron que desplazarse durante los siete primeros días de la guerra» entre Hamás, en el poder en Gaza, e Israel.
«La cifra probablemente subirá porque la gente sigue dejando sus casas», añadió.
Israel urgió a los habitantes del norte del territorio palestino asediado a huir hacia al sur. Esto, ante la espera de una ofensiva terrestre para destruir el centro de operaciones del movimiento islamista. En la zona viven en torno a 1,1 millones de personas de una población total de 2,4 millones.
Más de 2.300 personas han muerto en la Franja de Gaza en los bombardeos israelíes, según las autoridades locales.
En el ataque de Hamás en suelo israelí, más de 1.300 personas perdieron la vida, según las últimas cifras de las autoridades israelíes.
Hamás tomó como rehenes a 126 israelíes
Además, ejército de Israel indicó que 126 personas fueron tomadas como rehenes por el movimiento islamista palestino Hamás durante su sangrienta incursión en Israel el 7 de octubre, desde la Franja de Gaza.
En un primer momento, las autoridades israelíes manejaron la cifra de 150 israelíes y extranjeros capturados por los islamistas.
El balance, que no es definitivo, fue revisado a la baja tras el hallazgo de cuerpos en el sur de Israel, explicaron las autoridades.
El portavoz del ejército israelí, Richard Hecht, afirmó que la cifra de 126 rehenes había sido «confirmada». Agregó que los soldados encontraron los cadáveres de algunos de ellos durante sus incursiones en el enclave palestino. El ejército no dio más informaciones.
Hamás, que gobierna este exiguo territorio de más de 2 millones de habitantes desde 2007, afirmó que 22 rehenes habían muerto en los bombardeos israelíes. El movimiento amenazó con matar a los rehenes si Israel seguía bombardeando objetivos civiles sin previo aviso.