Cerca de 800 migrantes que intentaban llegar ilegalmente a Europa murieron ahogados en las costas de Túnez durante los primeros seis meses del año, dijo el jueves a la AFP el portavoz de la Guardia nacional tunecina, Houcem Eddine Jebabli.
«Se recuperaron del mar 789 cuerpos de migrantes, entre ellos 102 tunecinos, los demás eran extranjeros y personas no identificadas», detalló el portavoz.
Del 1 de enero al 20 de junio, 34.290 migrantes fueron interceptados y rescatados, incluidos 30.587 «extranjeros», originarios en su mayoría de África subsahariana, en comparación con 9.217 personas interceptadas o rescatadas durante el mismo período de 2022 (entre los que se cuentan 6.597 extranjeros), precisó Jebabli.
Las unidades de guardacostas realizaron 1.310 operaciones en los primeros seis meses de 2023, más del doble del número (607) registrado en 2022, dijo.
Algunas zonas del litoral de Túnez se extienden a menos de 150 kilómetros de la isla italiana de Lampedusa, por lo que se registra periódicamente la salida de inmigrantes, principalmente de África subsahariana.
Según Roma, más de 80.000 personas han cruzado el Mediterráneo y llegado a las costas de la península italiana desde principios de año, frente a las 33.000 del mismo periodo del año pasado, la mayoría procedente del litoral de Túnez y Libia.
El Mediterráneo central —entre África del Norte e Italia— es la ruta migratoria más peligrosa del mundo en 2023, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que ha registrado más de 20.000 muertes desde 2014.
El 22 de junio, una semana después de que un pesquero procedente de Libia naufragara frente al Peloponeso, dejando al menos a 82 personas muertas y cientos más de desaparecidas, una embarcación llena de migrantes procedentes de Sfax (Túnez) se volcó frente a Lampedusa, dejando a unas 40 personas desaparecidas.
En Túnez se ha ido extendiendo un clima creciente y abiertamente xenófobo desde que el presidente Kais Saied, que asumió plenos poderes en julio de 2021, decidió combatir la inmigración ilegal en febrero.
Cientos de inmigrantes han sido expulsados de Sfax (este), la segunda ciudad de Túnez, tras los enfrentamientos que cobraron la vida de un tunecino el 3 de julio.
Desde el golpe de Estado del presidente Saied, los intentos de salida de los tunecinos, desesperados por la crisis económica que afecta a este país magrebí, han continuado con un ritmo constante.