El candidato izquierdista Pedro Castillo se mantenía este martes adelante en el escrutinio del balotaje presidencial del domingo en Perú. Pero su rival derechista Keiko Fujimori redujo la distancia. Esto según el cómputo oficial.
Castillo tenía 50,24% de los votos sobre 49,75% de su adversaria. Esto tras escrutarse después de las 17h00 locales (22h00 GMT) 96,4% de las mesas de sufragio. Pero la contienda sigue abierta, según fuentes del órgano electoral (ONPE).
La ventaja del maestro de escuela rural es ahora de 84.000 votos. 15 horas antes era de casi 98.000 sufragios.
La reducción de la ventaja era «previsible con la llegada de las actas del extranjero. Falta saber si será suficiente» para Fujimori, dijo a la AFP la politóloga peruana Jessica Smith.
«El margen se va a seguir estrechando, ahora las impugnaciones [de actas de mesas de votación] pasan a ser cruciales» para decidir la elección, agregó la académica de la Universidad Central de Chile.
La hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori denunció el lunes «irregularidades» e «indicios de fraude». Todo esto luego de que su rival pasó a encabezar el escrutinio.
En línea con su líder, unos 200 manifestantes fujimoristas se congregaron la tarde del martes a protestar contra el «fraude» en las inmediaciones de la sede de la ONPE en Lima.
“Queremos justicia, que se respete el voto de los ciudadanos peruanos”. Así lo dijo a la AFP Ileana Chávez. Alzaba una pancarta que decía: “No al comunismo disfrazado”.
La ONPE niega la posibilidad de fraudes. También lo hace la presidenta de la Asociación Civil Transparencia, Adriana Urrutia. Así lo indicó al diario El Comercio. «No hay ninguna evidencia que nos permita hablar de fraude electoral».
Mientras se alarga el suspenso, Castillo pidió en Twitter «estar atentos para defender la democracia que se expresa en cada uno de los votos. Dentro y fuera de nuestro amado Perú».
Zonas rurales
La esperanza de Fujimori está en los votos del exterior. Fuera del país estaban habilitados para sufragar 1 millón de los 25 millones de electores peruanos, que demoran en ser contabilizados.
El partido Perú Libre de Castillo pidió en un comunicado a la ONPE que «cuide la correcta protección de los datos de los votos, al procesarlos y publicarlos».
En el exterior, Keiko consigue por ahora el 66,19% de los sufragios frente al 33,8% de su rival, con el 56,8% de estas mesas escrutadas, una diferencia de 61.000 votos sobre Castillo.
Sin embargo, todavía falta que se cuenten también el 2% de las mesas de sufragio de Perú, la mayoría de zonas rurales y selváticas, donde Castillo cosecha más votos que su rival.
A escala nacional, el domingo votó el 75% de los electores registrados, más que el 70% de la primera vuelta, en abril.
El balotaje parece lejos de ponerle fin a las convulsiones políticas del último quinquenio, que condujeron a Perú a tener cuatro presidentes desde 2018, tres de ellos en cinco días de noviembre de 2020.
Conteo con vigilias
La misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha enfatizado, antes de la denuncia de Fujimori, que el escrutinio se realizó «de acuerdo a los procedimientos oficiales» y respaldó el trabajo de la ONPE.
«Si Keiko gana, cómo va a justificar su triunfo si ha denunciado fraude», cuestionó ante la AFP el analista Hugo Otero, exasesor del difunto expresidente Alan García.
«Estamos pasando por un momento de incertidumbre y expectativas, pero lo que espera el país es que se confirme que los resultados de la votación son aceptados por los candidatos», apuntó Otero.
Fujimori, de 46 años de edad, casada y con dos hijas, podría convertirse en la primera presidenta de Perú, meta para la que ha trabajado 15 años desde que asumió la tarea de reconstruir desde las cenizas el movimiento político derechista-populista fundado por su padre en 1990.
Pero perder ante Castillo no solo le significaría su tercera derrota en un balotaje. Tendrá que ir a juicio con riesgo de terminar en la cárcel porque la Fiscalía la investiga por el caso de los aportes ilegales del gigante brasileño de la construcción Odebrecht, escándalo que salpicó además a cuatro expresidentes peruanos. Ya estuvo 16 meses en prisión preventiva por esta causa.
De su lado, el maestro de Cajamarca (norte) de 51 años de edad, que salió del anonimato hace cuatro años al liderar una huelga del magisterio, sería, de vencer, el primer mandatario peruano sin lazos con las élites política, económica y cultural.