Se conocieron nuevos detalles de la vida en prisión del principal sospechoso en el caso de Madeleine McCann, la niña británica que desapareció en 2007 cuando tenía 3 años de edad en un complejo hotelero en Praia da Luz, Portugal. Al hombre solo se le permite salir de la celda una hora por día, y cuando lo hace no puede tener contacto con otros presos.
En junio pasado, Christian Brueckner, alemán de 43 años de edad, fue identificado como el presunto autor del crimen y se convirtió así en el sospechoso clave de la desaparición de la niña. Está cumpliendo pena de 21 meses por un delito asociado a las drogas en una cárcel alemana, y en diciembre pasado fue declarado culpable de violar a una mujer estadounidense de 72 años de edad en 2005, en un domicilio de Praia da Luz, a pocos minutos del lugar donde estaba hospedada Madeleine con su familia.
De acuerdo con lo publicado por The Mirror, Brueckner pasa 23 horas al día en su celda y únicamente se le permite salir una vez en ese lapso. No puede mezclarse con otros presos. Solo mantiene contacto con los guardias de seguridad y un preso que le distribuye comida: los lunes estofado, los jueves pescado y los domingos asado.
La habitación del delincuente tiene una cama, un escritorio y una estantería que están pegados al suelo y cortinas frente a la ventana. A su vez, posee un televisor y sus estantes están llenos de documentos legales, como los registros de los juicios y su correspondencia.
«Error judicial»
Según Friedrich Fülscher, el abogado del acusado, su cliente «es inocente» y no tuvo nada que ver con el secuestro de Maddie. Afirmó que fue víctima de un error judicial.
Por el momento no hay suficientes pruebas contra Brueckner. Hace unas semanas la policía alemana realizó excavaciones cerca del domicilio del hombre, en los alrededores de la ciudad de Hannover.