China no es solamente ya proveedor de los precursores de fentanilo y metanfetaminas de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG), sino que ahora, estos grupos criminales utilizan el sistema bancario chino para lavar el dinero procedente de las drogas.
Así lo asegura la Agencia Antidrogas (DEA) en su Evaluación Nacional de las Drogas 2024, difundida este jueves.
El informe advierte que el Cártel de Sinaloa y el CJNG “han provocado la peor crisis de la droga en la historia de Estados Unidos”. En particular, por el fentanilo, causante de la mayoría de las muertes por sobredosis en el país.
En ese marco, advierte que “la mayoría de las organizaciones de narcotraficantes subcontratan la ‘limpieza’ de los beneficios de las drogas ilegales a blanqueadores de dinero y corredores criminales que pueden proporcionar pagos rápidos y por adelantado a los traficantes”. Este tipo de blanqueadores por lo general trabajan para múltiples organizaciones delictivas, no todas ellas narcotraficantes, y “utilizan redes de blanqueo que pueden abarcar varios países”.
Entre otros métodos para blanquear dinero, la DEA menciona los siguientes:
- Los sistemas bancarios clandestinos chinos surgidos como respuesta al intento del gobierno chino de frenar la fuga de capitales (activos que se sacan de China y se reinvierten en el extranjero);
- El blanqueo de dinero basado en el comercio, en el que se compran bienes de consumo en un país por el valor en efectivo equivalente al dinero que se quiere blanquear, y luego se revenden;
- Transferencias espejo: un sistema informal en el que un intermediario de un país realiza un pago inicial a la organización delictiva y recibe la cantidad equivalente de otro intermediario delictivo;
- Intercambios de criptodivisas, en los que un intermediario acepta efectivo a granel a cambio de transferir una suma equivalente en criptodivisas a un monedero digital propiedad de la organización de narcotraficantes; y
- Contrabando simple de dinero en efectivo a granel.
En el caso de los bancos chinos, la DEA detalla que son los corredores de dinero que operan dentro de los sistemas bancarios clandestinos con sede en China (CUBS) quienes “actúan cada vez más como blanqueadores de dinero para las organizaciones de narcotraficantes con sede en México y Sudamérica”. Así, además, logran mantener la liquidez de esos sistemas bancarios.
“Los ciudadanos chinos utilizan estos sistemas bancarios clandestinos para convertir subrepticiamente sus activos en efectivo en China en activos equivalentes en efectivo en Estados Unidos. La normativa bancaria vigente en China prohíbe a los ciudadanos y empresas chinos comprar más del equivalente a 50 mil dólares en divisas extranjeras o invertir más de esa cantidad en otros países (‘fuga de capitales’)”.
El sistema, según la DEA, funciona así: los procesadores de dinero que trabajan para los intermediarios de los sistemas CUBS recaudan el dinero en efectivo de los narcotraficantes transnacionales que operan en Estados Unidos.
Ese dinero es utilizado para beneficiar a los clientes del intermediario CUBS con sede en China que intentan eludir las leyes chinas sobre fuga de capitales.
El efectivo se estructura en cuentas estadounidenses para particulares, empresas ficticias o empresas basadas en efectivo. Luego, los intermediarios de los CUBS se encargan de que sus procesadores de dinero en México o Sudamérica paguen el efectivo directamente al cártel de la droga.
Los intermediarios CUBS también se encargan de que sus clientes con sede en China realicen transferencias intrachinas de dinero a cuentas utilizadas para comprar bienes comerciales que luego se exportan a México y Sudamérica en nombre de los narcotraficantes.
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