Con casi un millón de inmigrantes, principalmente de Nicaragua, Cuba, Venezuela y Haití, el problema migratorio en Costa Rica está «rebasando los límites de lo razonable», dijo este viernes el canciller Arnoldo André Tinoco en una entrevista con la AFP.
«A día de hoy, hay 140.000 solicitantes de refugio en espera. Estamos recibiendo 500 solicitudes diarias. Ello implica un tiempo de espera para conseguir cita de siete años», dijo antes de recordar que el «20% de la población son migrantes recientes».
Con una deuda externa del 60% del PIB y un desempleo del 13-16%, el «país carece de recursos materiales, de equipo y humanos para financiar la atención de este problema», por lo que el ejecutivo del nuevo presidente costarricense, Rodrigo Chaves, busca «recursos financieros y apoyo internacional», afirmó tras participar en el Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible de la ONU.
El canciller acaba de estar en Washington, donde funcionarios de la administración estadounidense le han «ofrecido» crear un grupo de trabajo para finales de mes con el fin de «determinar exactamente y cuantificar las necesidades y los desafíos y ver cómo podemos cooperar». Otras puertas a las que ha llamado son el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
«Consideramos que Costa Rica va a seguir siendo receptor de refugiados, pero que no es justo que el país tenga que endeudarse y pagar intereses para resolver un problema cuyo origen no es el país», dijo, aunque dejó claro que no pueden negarse a recibir «a gente que está necesitada de ayuda».
Relaciones con Nicaragua
La reciente retirada del gobierno nicaragüense de Daniel Ortega de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la expulsión de sus funcionarios hizo dar marcha atrás al plan anunciado por Chaves de normalizar las relaciones con Managua con la designación de un embajador.
El gobierno anterior había retirado al embajador tras no reconocer las elecciones de noviembre de Nicaragua en las que Ortega fue electo para un cuarto mandato consecutivo.
«Seguimos manteniendo la situación actual (…) con un encargado de negocios», dijo. En «acto de reciprocidad», Nicaragua retiró la semana pasada a su embajador, recordó.
También está en el aire, pendiente de un informe que será presentado a los mandatarios de la región, el nombramiento de un candidato nicaragüense, Wagner Vargas, para dirigir la secretaría general del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).
Ocho expresidentes costarricenses, entre ellos Óscar Arias, Laura Chinchilla y Luis Guillermo Solís, manifestaron recientemente su «preocupación y oposición» a la elección del nicaragüense.
«Hay que diferenciar entre relaciones bilaterales (…) con la normalización de un organismo de integración regional. Hay que separar los asuntos», recomendó ante el peligro de que la silla siga vacante -le corresponde a Nicaragua- porque el «sistema caería, se desmembraría y habría que refundarlo» para lo que «no hay consenso».
«Ningún otro país centroamericano desea eso. Los otros siete cancilleres y países desean la reactivación del sistema», sostuvo.
Prensa y biodiversidad
Tras el reciente choque protagonizado por el presidente con el Grupo Nación, editor del diario costarricense del mismo nombre, por el cierre «temporal» de un parque de espectáculos por razones de «salud pública», el ministro de Exteriores, abogado de profesión, aseguró que «de ninguna forma» está en peligro la libertad de prensa.
«Es un derecho fundamental en Costa Rica y está siendo respetado en toda su extensión», antes de agregar que «no hay persecución ni ningún periodista en peligro», remachó.
En materia mediombiental, el ministro espera «acentuar los logros» del país, que en junio firmó un memorando para crear, junto con Estados Unidos, Ecuador, Colombia y Panamá, el Corredor Marino del Pacífico Este Tropical (CMAR), un área de 500.000 kilómetros cuadrados que cuenta con la mayor diversidad biológica del océano. En él estarán incluidas las islas de Cocos (Costa Rica), Coiba (Panamá), Galápagos (Ecuador) y Gorgona y Malpelo (Colombia).