La canciller de Bolivia, Karen Longaric, visita este jueves Washington donde tiene una cita con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH.
Esto a propósito de que el gobierno acordó el lanzamiento de una investigación independiente sobre la violencia posterior a las elecciones.
Longaric forma parte del gobierno de transición de Jeanine Áñez, que asumió el poder después de la renuncia del ex presidente Evo Morales en noviembre, a raíz de protestas opositoras tras denuncias de fraude electoral.
Longaric visitará la CIDH con la que su gobierno suscribió un acuerdo el 12 de diciembre.
La finalidad es crear un mecanismo encargado de apoyar la investigación de los actos de violencia. Además de las violaciones a los derechos humanos ocurridos en Bolivia entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de 2019.
La relación entre el nuevo gobierno boliviano y la CIDH no ha estado exenta de roces.
Tras la toma de poder de Áñez, la CIDH cuestionó un decreto del ejecutivo que otorgaba inmunidad a los militares en la represión a protestas durante los conflictos sociales en noviembre. Dicho decreto se derogó.
La semana pasada, el ministro de gobierno, Arturo Murillo, criticó al organismo y puso en duda su imparcialidad.
Ya en diciembre, el gobierno interino había calificado de «sesgado» y «parcializado» un informe preliminar del organismo de derechos humanos.
En éste se afirmaba que los patrones de las lesiones registradas durante la represión lanzada por policías y militares en noviembre ofrecían indicios de prácticas de ejecución extrajudicial.
Longaric aseguró entonces que ese informe no se ajustaba a la verdad de los hechos y que tomaba partido por uno de los sectores en conflicto. En este caso los aliados del ex presidente Morales.
Bolivia se encamina ahora a nuevas elecciones generales el 3 de mayo, en las que Morales no podrá ser candidato ni elector.
Para informar sobre ese proceso Longaric visitará el Consejo Permanente de la OEA y antes se reunirá con su secretario general, Luis Almagro.