Canadá y Cuba acordaron mantener contactos para intercambiar puntos de vista sobre la situación en Venezuela. Esto luego de la visita que realizó este miércoles a La Habana la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Chrystia Freeland.
Freeland conversó con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez, sobre la crisis en Venezuela y el «proceso de Noruega» en marcha.
Noruega está mediando directamente entre el régimen de Nicolás Maduro y la oposición, liderada por el presidente interino Juan Guaidó.
Freeland y Rodríguez expusieron sus diferentes perspectivas sobre la crisis en Venezuela y expresaron que tienen esperanza en que se pueda encontrar un camino para avanzar.
Los dos responsables de la diplomacia de sus países acordaron «que altos funcionarios se mantengan en contacto y continúe el intercambio de puntos de vista para ser tan útiles como sea posible».
Esta ha sido la tercera reunión que han mantenido Freeland y Rodríguez desde el pasado mes de mayo, y la segunda que se realiza en suelo cubano.
Cuba es el principal aliado de Maduro en la región. Mientras que Canadá, pese a tener fuertes lazos económicos y políticos con La Habana desde hace décadas, es uno de los principales gobiernos en respaldar a Guaidó.
En los últimos meses, Canadá se ha visto envuelta en una creciente actividad diplomática en torno a la crisis venezolana.
Además de los contactos con altos funcionarios cubanos, ha enviado representaciones a conversar con la Unión Europea, que no reconoce a Guaidó como presidente interino.
A principios de agosto estuvo en Ottawa el enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, un viaje que no fue difundido por las autoridades canadienses.
Abrams señaló que Canadá y Estados Unidos están trabajando para acercar a la Unión Europea a sus posiciones sobre el problema venezolano.
Abrams también mostró su desconfianza respecto a la productividad de las conversaciones de los canadienses con Cuba.
En la que puede considerarse una respuesta al escepticismo de Abrams, Freeland aseguró por Twitter que las conversaciones que mantuvo hoy con Rodríguez fueron «útiles».
Añadió que hablaron sobre los lazos entre Canadá y Cuba, la crisis en Venezuela y el apoyo a las empresas canadienses que operan en la isla.
Freeland y Rodríguez también trataron en la reunión el tema de la activación del título III de la ley estadounidense Helms-Burton, que castiga a las empresas extranjeras que mantienen actividades en Cuba.
Canadá reafirmó a Cuba su decisión de mantener la Ley de medidas extraterritoriales extranjeras, una legislación de 1996 que protege los intereses de los canadienses e impide reconocer o ejecutar en ese país decisiones judiciales a consecuencia de la Ley Helms-Burton.
El Ministerio de Asuntos Exteriores del país norteamericano indicó que Ottawa «defenderá los intereses de los canadienses que realizan comercio e inversiones legítimas con Cuba».