Christina Freeland, ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, negocia con el gobierno de La Habana una vez más. Tiene la esperanza de contar con la ayuda de Cuba para resolver la crisis política y humanitaria en Venezuela.
Un reportaje de Bloomberg resalta que este viaje marca la tercera ronda de conversaciones cara a cara con su homólogo cubano, desde que Canadá comenzó a presionar en concierto con Estados Unidos y un grupo de naciones latinoamericanas, para que Nicolás Maduro ceda el poder.
Venezuela ocupaba un lugar destacado en la agenda cuando Freeland recibió al secretario de Estado, Mike Pompeo, en Ottawa la semana pasada.
La diplomática no está llevando ningún mensaje específico a La Habana en nombre de Estados Unidos, destaca el texto.
El gobierno de Donald Trump culpa al régimen de Miguel Díaz-Canel por apoyar a Nicolás Maduro.
Las sanciones
La Casa Blanca ha endurecido las sanciones contra Cuba y Venezuela. En parte, con el objetivo de ganar votos entre las comunidades de exiliados en Florida.
El jefe de la sección estadounidense del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba dijo en mayo que su gobierno está dispuesto a ayudar a negociar un fin pacífico de la crisis. Siempre y cuando Maduro esté en la mesa.
Con la economía centralizada de Cuba tambaleándose, bajo los efectos de una prohibición de Estados Unidos a los viajes en cruceros, las demandas por bienes confiscados y la reducción de los envíos de petróleo subsidiado desde Venezuela, es probable que el gobierno quiera un poco de alivio en la fuerza de la sanciones a cambio de su cooperación.
Mark Entwistle, ex embajador de Canadá en Cuba, afirmó que los cubanos parecen estar abiertos a que Canadá desempeñe algún tipo de papel de intermediario, cuyos resultados finales aún no se han determinado “si es que hay algún resultado», indicó.