El gobierno interino de Bulgaria autorizó este viernes a la refinería que la empresa rusa Lukoil Neftohim tiene en su territorio a seguir exportando algunos derivados de petróleo hasta marzo, medida que asegura no incumple las sanciones de la Unión Europea (UE) contra Rusia pero que Bruselas critica.
Dentro de las sanciones a Rusia por su invasión de Ucrania en febrero, Bulgaria recibió en junio una excepción por parte de la Unión Europea para permitirle seguir importando petróleo ruso por vía marítima hasta finales de 2024, medida que no contemplaba sin embargo permiso para exportar petróleo o derivados rusos.
La UE comenzará a aplicar el 5 de diciembre el embargo a las importaciones de crudo y el 5 de febrero para las de derivados. En su anuncio, el gobierno búlgaro afirma que se aplica la «excepción especial» contemplada en un reglamento aprobado por el Consejo europeo en 2014 sobre medidas restrictivas relacionadas con las acciones de Rusia para desestabilizar a Ucrania.
El Ejecutivo argumenta que la prohibición a la exportación no se aplica aquí, pues se refiere al petróleo y sus derivados originados en Rusia, pero que en este caso la refinería está en suelo búlgaro.
Cree que mantener la venta de derivados del petróleo desde la refinería rusa aportará al Estado unos 350 millones de euros.
En los últimos días ministros búlgaros han insistido en que no hay contradicción entre las sanciones de la UE, a la que Bulgaria pertenece desde 2007, pues el procesamiento en la refinería hace que los derivados del petróleo tengan su procedencia en Bulgaria, aunque el petróleo sea ruso.
Necesidades de combustible
La Comisión Europea ha advertido que la excepción concedida a Bulgaria se refiere solo a la importación de petróleo ruso, y no a venderlo a otros países.
La refinería de Lukoil que cubre casi totalmente las necesidades de combustible de Bulgaria, ha declarado que solo puede procesar crudo ruso de tipo Urals, y que si los suministros cesan, entonces se verá obligada a dejar de funcionar.