Nayib Bukele asume este sábado la Presidencia de El Salvador con una economía debilitada por una baja recaudación fiscal, que ha llevado al país a endeudarse constantemente, y por la corrupción en los más altos niveles políticos.
Bukele, empresario de 37 años de edad, tendrá que gobernar lo que resta de 2019 con un presupuesto que necesitó una financiación extra de 1.297 millones para pagar vencimiento de deuda y cubrir gastos.
Este presupuesto es solo una muestra de la forma en la que Gobierno y Congreso han cubierto constantemente el hueco del déficit fiscal, sin tocar el sistema de recaudación que urge de una reforma. Según el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, el país vive una crisis fiscal de «gran envergadura» por lo que ha propuesto a los políticos, incluido Bukele, buscar una reforma integral del sistema tributario.
Entre las medidas se incluye instaurar un Impuesto al Valor Agregado «diferenciado» para los bienes de lujo, aplicar impuestos ambientales y eliminar «privilegios fiscales injustificados». Pese a que los ingresos tributarios se han mantenido constantes, según los registros oficiales, estos han sido insuficientes para cubrir el gasto corriente del Estado.
Nuevamente el presupuesto actual sirve de ejemplo: los gastos presupuestados, a falta de la aprobación de 286 millones de dólares, son de 6.713,2 millones y la recaudación estimada es de 4.832,8 millones. Esta situación tributaria le pasó factura a la administración saliente en 2016, cuando estuvo cerca caer en el impago de sus obligaciones a corto plazo con los proveedores por una «crisis de liquidez» tras la baja en la recaudación de impuestos por unos 300 millones de dólares.
Entre las vías de alivio propuestas por los especialistas también se encuentran la reducción de la evasión fiscal, que solo en 2016 llegó a 1.038 millones de dólares, según datos del Ministerio de Hacienda, mientras que estudios universitarios estiman este dato en 1.500 millones anuales. La constante emisión de deuda mediante bonos, Letras del Tesoro y préstamos ha llevado al país a deber 18.401,2 millones de dólares, lo que representa 71,2% del PIB del país.
Maduro no está invitado
Ya en los primeros días de abril, un despacho de la agencia EFE informaba que para la toma de posesión de Bukele no estarían invitados los mandatarios de Nicaragua, Daniel Ortega; de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Honduras, Juan Orlando Hernández. La información fue atribuida en esa oportunidad a Federico Anliker, uno de los asesores del que será el nuevo mandatario.
«El Salvador, en el próximo gobierno, va a ser parte de un grupo de países democráticos que creen en las elecciones y en los Estados donde la gente puede elegir de forma democrática a sus gobernantes y estos tres países son muy cuestionados, por ello no serán invitados», expresó Anliker a la prensa.
Bukele ha expresado en su cuenta oficial de Twitter que «dictadores como Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua, y Juan Orlando en Honduras, jamás tendrán ninguna legitimidad, porque se mantienen en el poder a la fuerza y no respetan la voluntad de sus pueblos. Dictador es dictador. De derecha o de izquierda».
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