Seleccionado para ser el alto representante de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell tendrá que sortear turbulencias y divisiones internas. Objetivo: una Europa más fuerte en el escenario internacional.
El español Josep Borrell ha recorrido un largo camino desde que creció como hijo de un panadero en el pueblo de La Pobla de Segur, en los Pirineos catalanes. Si el Parlamento Europeo aprueba su nombramiento, asumirá un mandato de cinco años como Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y como vicepresidente de la Comisión Europea, convirtiéndose en el principal diplomático de quinientos millones de europeos, explicó la página de la Deutsche Welle.
Borrell, titulado en Ingeniería Aeronáutica y Matemáticas, además de doctorado en Economía, se dedicaba a la docencia en España. Entró a la política en 1975 con su ingreso en el Partido Socialista, en plena transición del país a la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco.
Actual ministro de Asuntos Exteriores de España desde 2018, el político, de 72 años de edad, ha ocupado algunos de los principales cargos en España y Europa en cuatro décadas de carrera. Entró en el gobierno socialista de Felipe González en 1982, inicialmente como secretario de Presupuestos, luego de Tesorería y finalmente como ministro de Obras Públicas, hasta 1996.
Borrell, un federalista europeo declarado, participó en la redacción de la Constitución Europea antes de convertirse en miembro de la Eurocámara entre 2004 y 2009. Y fue presidente del Parlamento Europeo de 2004 a 2007, tiempo durante el cual presidió la expansión de la UE hacia Europa del Este. Luego trabajó dos años al frente del Instituto Universitario Europeo.
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«He dedicado una parte importante de mi vida, mi trabajo y mis actividades políticas a los asuntos europeos, que siempre han ocupado un lugar central en mis intereses y compromisos», escribió Borrell en el CV que debía entregar a la Parlamento Europeo antes de una audiencia de confirmación el 7 de octubre, este lunes.
Convertir a Europa en un peso pesado diplomático
La UE se ha propuesto desarrollar un aparato de política exterior más eficiente y con más peso, como prioridad en un mundo multipolar dominado por Estados Unidos y la propia Unión Europea, por un lado, y China y Rusia, por el otro. En la carta en la que encarga su nueva misión a Borrell, la presidenta electa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, le pide que haga a la UE «más estratégica, más asertiva y más unida en su enfoque de las relaciones exteriores». «Debería tratar de fortalecer la capacidad de la Unión para actuar de forma autónoma y promover sus valores e intereses en todo el mundo», añade.
Será una tarea difícil, ya que los miembros de la UE muchas veces defienden celosamente sus atribuciones en materia de asuntos exteriores y el resto de comisarios europeos suelen mantener posiciones opuestas a las del alto representante. Eso, además de las diferencias de visión entre, por ejemplo, Alemania y Francia o entre Europa oriental y el resto del bloque.
«Borrell es un negociador duro y exigente que siempre está abierto a desafiar el status quo», explica extraoficialmente a DW un diplomático español. «También tiene una gran capacidad de trabajo y una gran determinación orientadas a lograr objetivos».
Al igual que la alta representante saliente, Federica Mogherini, a Borrell no le faltarán crisis de las que ocuparse en el escenario internacional. Asumirá el cargo en medio de la inestabilidad en Oriente Medio, en el norte de África, con los flujos migratorios arreciando, la crisis ucraniana sin resolver, y mientras continúan en la agenda temas como la integración de los Balcanes y las tensiones con China o con Irán. Como español, podría también desempeñar un papel importante en la elaboración de la política exterior europea hacia Venezuela.
Por no citar el cambio de orientación estadounidense con la política de Donald Trump de «Estados Unidos primero», que ha abierto un abismo en las históricas relaciones transatlánticas. Trump es «el primer presidente estadounidense en expresar hostilidad hacia el proyecto europeo, en describirnos como enemigos», dijo Borrell en una entrevista en mayo. «Estados Unidos siempre promovió la integración europea … pero ahora es la integración europea la que es el hombre del saco para el presidente de Estados Unidos». El año pasado tildó las amenazas de Trump de intervenir militarmente en Venezuela como «diplomacia de cowboy».