El primer ministro Boris Johnson repitió el martes ante el parlamento británico las disculpas «sin reservas» presentadas la semana pasada. Esto tras ser multado por infringir la ley anticovid con una fiesta que de momento no parece encaminada a costarle el puesto.
«Con toda humildad», dijo desatando una sonora risotada en las bancadas de la oposición, «repito mis disculpas de todo corazón». Así lo afirmó el primer ministro en el primer día de sesiones parlamentarias tras el regreso de las vacaciones de Pascua.
Sin embargo, inmediatamente pasó a dar explicaciones sobre la guerra de Ucrania, provocando indignación. Sus detractores lo acusaron de intentar minimizar el escándalo.
El nacionalista escocés Ian Blackford lo acusó de disculparse «solo porque lo descubrieron». «Si tuviese alguna dignidad no se disculparía únicamente, sino que dimitiría», agregó.
Y el laborista Keir Starmer, llamó a los diputados de la mayoría conservadora a «devolver la decencia, la honestidad y la integridad a nuestra política» votando contra su líder, sobre el que «los ciudadanos ya se han hecho una opinión».
Boris Johnson señalado de mentiroso
Recientes sondeos mostraron que una mayoría de británicos considera al líder conservador como un «mentiroso» que debería dimitir.
Él, su esposa y el ministro de Finanzas recibieron una multa el pasado martes con 50 libras (65 dólares, 60 euros) por una fiesta de cumpleaños celebrada el 19 de junio de 2020 con decenas de personas en la sala del consejo de ministros, cuando las reuniones sociales estaban prohibidas.
Son tres de la cincuentena de sanciones que la policía puso hasta ahora por el conocido como «partygate», el escándalo de las fiestas ilegales organizadas en dependencias gubernamentales durante los confinamientos de 2020 y 2021, que a principios de año hizo peligrar la permanencia de Johnson en el poder.
Más detalles
La investigación, que cubre una docena de eventos, desde celebraciones navideñas hasta fiestas de despedida, sigue abierta. El primer ministro, cuya presencia se señaló en otros actos, podría ser multado de nuevo.
El líder conservador, de 57 años de edad, se convirtió en el primer jefe de gobierno en ejercicio sancionado por infringir la ley.
Inmediatamente, había pedido «disculpas completas» ante las cámaras de televisión, afirmando «entender la ira» de los británicos, privados en aquella época de reunirse con sus seres queridos. Pero rechazó los llamados a dimitir de la oposición, que lo acusa de haber mentido al Parlamento cuando aseguró en diciembre que las normas anticovid no se habían infringido.
Debate y votación el jueves
Boris Johnson defendió en el pasado que siempre creyó que los diferentes encuentros eran «eventos laborales», como la fiesta por su 56º cumpleaños, que no duró más de «10 minutos», con unos participantes que, como Sunak, estaban allí para una reunión del gabinete.
Sin cuestionar la multa, afirmó la semana pasada que en ningún momento se le «había ocurrido» que «pudiese ser una infracción de las reglas». Y este martes lo reiteró.
Un nutrido grupo de rebeldes de su Partido Conservador contempló a principios de año lanzar una moción de censura interna por este escándalo.
Después, tras el estallido de la guerra en Ucrania el 24 de febrero, la idea de cambiar de dirigente se enfrió.
Pero este martes, algunos en la bancada conservadora parecían de nuevo determinados, como el respetado diputado Mark Harper quien consideró que Johnson es «indigno» de ser primer ministro.
La oposición insiste en que el dirigente mintió a sabiendas, apoyándose en nuevos detalles publicados por el Sunday Times según los cuales en una fiesta de despedida de su jefe de comunicación, el 13 de noviembre de 2020, el propio Johnson sirvió las bebidas.
Y lograron que el presidente de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle, permita una votación el jueves, mientras el primer ministro se encuentra de viaje en India, para intentar llevar el caso ante una comisión parlamentaria encargada de decidir si este mintió a la cámara, lo cual sería motivo de dimisión.
Muchos conservadores no parecen determinados a colaborar de momento, pero esto podría cambiar pronto: algunos esperarán a ver si en las elecciones municipales del 5 de mayo los electores muestran que han retirado su apoyo al hombre que llegó triunfante al poder en 2019 con la promesa del Brexit.