La aprobación de la vacuna contra el covid-19 de Pfizer/BioNTech en el Reino Unido marca un «momento importantísimo», aunque «la lucha no ha terminado», dijo este miércoles el primer ministro Boris Johnson, quien admitió que la distribución del fármaco supone un «desafío logístico inmenso».
En un clima de marcado optimismo, recordó en rueda de prensa virtual que ha pasado casi un año desde que el coronavirus irrumpió en el mundo para «atormentar a la humanidad» hasta que los científicos han logrado identificar a «nuestro enemigo invisible».
«Ahora los científicos lo han conseguido», enfatizó Johnson en la rueda de prensa celebrada desde su despacho y residencia oficial de Downing Street, junto con Simon Stevens, director ejecutivo de la Sanidad pública inglesa -NHS England-, y el asesor médico del gobierno, Jonathan Van Tam.
Johnson recalcó que la vacuna a la que el regulador británico ha dado luz verde «cumple con los requisitos sanitarios y de seguridad más estrictos» y dijo que «la idea de un regreso a la normalidad para el próximo año ya no es una esperanza; podemos estar seguros de que ocurrirá y de que podremos recuperar nuestras vidas».
Pero al mismo tiempo urgió a los ciudadanos a continuar ateniéndose al sistema de restricciones de tres niveles que desde este miércoles, tras el término del segundo confinamiento nacional de cuatro semanas, entra en vigor para contener la propagación del virus.
«Inevitablemente pasarán meses antes de que todas las personas más vulnerables estén protegidas, así que es todavía más vital que, al tiempo que celebramos este logro científico, no nos dejemos llevar por un excesivo optimismo o caigamos en la creencia ingenua de que la lucha ha terminado», alertó.
Vacunación por fases
En esa misma comparecencia, Stevens, el director ejecutivo del organismo sanitario de Inglaterra, dijo que el programa de vacunación, que comenzará la próxima semana, se ejecutará «en fases» y que la mayor parte de las vacunas destinadas a la población «de riesgo» se administrarán entre «enero y marzo o abril», con dos dosis, dejando un intervalo de 21 días entre ambas.
Stevens destacó que la vacuna es «médicamente segura pero logísticamente complicada» porque debe almacenarse a una temperatura de menos 70 grados, entre otras medidas.
«Es la primera vez en el mundo que se ponen en práctica estas logísticas complicadas», dijo.
Por su parte, Jonathan Van-Tam indicó que si bien hay ahora una vacuna autorizada, «se necesitan más» y alentó a la ciudadanía a vacunarse.
«Todo el mundo quiere que termine el distanciamiento social. Estamos hartos. Nadie quiere confinamientos y el daño que hacen. Pero si quieres que el sueño se haga realidad tan rápido como sea posible, debemos vacunarnos cuando se nos ofrezca la vacuna», señaló.
La autorización llega al tiempo que el Reino Unido registró en las últimas 24 horas otras 648 muertes por la enfermedad, la cifra más elevada desde el miércoles pasado (696).
El Reino Unido tiene comprometidas 40 millones de dosis de la vacuna de Pfizer, que permitirá vacunar a 20 millones de personas.