La ONU anunció este martes que recibió el visto bueno de los rebeldes hutíes de Yemen para poder acceder al petrolero que permanece abandonado frente a las costas de una zona del país que está bajo su control.
La autorización definitiva llega después de semanas de discusiones sobre las actividades que llevará a cabo el equipo de expertos que se encargará de inspeccionar el navío y hacer unas primeras tareas de mantenimiento.
Desde hace tiempo, Naciones Unidas viene avisando que el buque, que tiene más de un millón de barriles de crudo a bordo, podría provocar un gran desastre medioambiental si no se actúa.
La ONU había recibido anteriormente una autorización más general por parte de los rebeldes hutíes, pero hasta ahora no se habían cerrado los detalles técnicos necesarios para proceder.
Ahora, según el portavoz Stéphane Dujarric, la organización está preparando la misión que viajará al petrolero y poniendo en marcha el proceso con el fin de hacerse con los equipamientos necesarios para llevar a cabo los trabajos que se consideren oportunos.
A finales de enero o principios de febrero
Según Dujarric, si todo va bien se espera que los expertos -que también deben ofrecer recomendaciones sobre qué hacer con el barco a más largo plazo- puedan acceder al petrolero a finales de enero o principios de febrero.
Esa larga espera responde, según la ONU, a la necesidad de contratar a personal, hacerse con equipos y desplegarlos en esa zona de guerra, dado que hasta que no se tuviera la luz verde no podía empezar a gastarse dinero de los donantes para llevar a cabo la tarea.
Este mes, varios relatores especiales de Naciones Unidas habían urgido a los hutíes a permitir el acceso de técnicos al barco, ante el riesgo de que el casco quiebre y haya un gran derrame de crudo.
El petrolero, un buque monocasco construido en 1976, está abandonado desde 2015, cuando el flujo de petróleo en Yemen se interrumpió por el conflicto, y su estado se ha ido deteriorando hasta convertirse, en palabras del gobierno yemení, en una «bomba medioambiental».
El gobierno de Yemen y las autoridades hutíes, enfrentados en guerra civil desde 2014, pidieron ayuda a las Naciones Unidas en 2018 con el FSO Safer, pero después de dos años los equipos de la ONU todavía no han recibido los permisos necesarios para acceder a la zona.