El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, insistió este jueves en que en su gobierno no hay corrupción, pero admitió que sí la hay en Brasil, y que es difícil combatirla debido a que es histórica y está «muy enraizada».
Bolsonaro volvió a negar posibles corruptelas en su gobierno al desmarcarse del escándalo provocado por un senador, importante aliado suyo, al que la Policía Federal le encontró el miércoles dinero escondidos en los calzoncillos durante un operativo de combate a la corrupción.
El senador Chico Rodrigues, del partido conservador Demócratas, vicevocero del gobierno en la Cámara de Diputados y un importante aliado del jefe del Estado, es uno de los blancos en una investigación por desvío de recursos destinados a la gestión de la pandemia del coronavirus en el estado amazónico de Roraima.
Bolsonaro aseguró que no se le pueden atribuir a su gobierno las posibles irregularidades cometidas por «uno de los 18 vicevoceros» del Ejecutivo en el Congreso.
El presidente aseguró que la prensa está intentando vincularlo al parlamentario, que ya fue destituido del cargo de vicevocero, y que está usando este caso para lanzarle críticas por haber dicho la semana pasada que le puso fin a la corrupción en Brasil.
Investigación
«Algunos de mala fe aprovechan cualquier cosa que ocurra para culpar al gobierno. Hay un problema en Roraima y se lo están atribuyendo al gobierno, pero se trata de una investigación iniciada por la Policía Federal para verificar el uso de los recursos que hemos enviado a los estados y los municipios para el combate a la covid», dijo el mandatario en una transmisión en vivo en su cuenta en Facebook.
«Lamentablemente hemos verificado que algunos de esos gobiernos regionales y municipales están desviando los recursos y lo estamos investigando», agregó.
Según Bolsonaro, su responsabilidad es por los actos del gobierno, de sus ministros, de las empresas estatales y de los órganos públicos federales, pero no puede ser responsabilizado por los actos de gobiernos regionales y municipales o por lo que hagan los parlamentarios.
«Dije que no hay corrupción en mi gobierno y no la hay. Pero mi gobierno y mi responsabilidad son los ministros y las empresas estatales. Mi responsabilidad en este caso es cuidar para que las investigaciones sean profundizadas y se identifiquen los posibles culpables», dijo.
Bolsonaro dice que pueden surgir casos de corrupción
«Yo no dije que no hay más corrupción en Brasil. Lo que dije es que no la hay en mi gobierno. Mi gobierno son mis ministros. Antes era común descubrir corruptelas en los ministerios y en las estatales y ahora no», agregó.
Bolsonaro admitió que puede haber corrupción «en algunos sectores» debido a que es difícil fiscalizar todas las obras en un país de las dimensiones de Brasil, pero insistió en que ni en sus ministerios ni en las estatales bajo su gestión se han detectado irregularidades.
«No es fácil acabar con la corrupción. La corrupción está enraizada en Brasil hace muchos años, es algo terrible, pero lo que determiné desde que asumí es que se llegue hasta el final de las investigaciones en todos los casos y se identifiquen los culpables para inhibir a otros a no practicarla», afirmó.
«En mi gobierno no hay corrupción. Puede ser que aparezca, es difícil controlarlo todo, pero hasta el momento cero corrupción. Y cuando surja tomaremos las medidas necesarias», insistió.
Afirmó que el hecho de que el senador salpicado por el escándalo sea uno de los vicevoceros de su gobierno no quiere decir que forma parte de su Ejecutivo.
«Tengo 18 vicevoceros en el Congreso. Yo nombré solo uno y los otros fueron nombrados por sus partidos. Ese senador es una persona que gozaba de prestigio. Ocurrió ese caso y lo lamento, pero ya fue separado de su cargo y no tiene sentido querer responsabilizar al gobierno por este caso», expresó.
Aseguró que sus ministros fueron escogidos con criterios técnicos y no políticos y que ninguno de los miembros de su gabinete puede decir que le debe el cargo a un determinado partido político.
Manifestó igualmente que, pese a haber dicho que la operación Lava Jato de combate a la corrupción perdió sentido debido a que en su gobierno no hay desvíos, «con toda seguridad tendremos operaciones de la Lava Jato hasta el final de mi gobierno para desmontar cosas que ya existían».
La Lava Jato, mayor operación de combate a la corrupción en la historia de Brasil, ha mandado a prisión a decenas de empresarios y políticos, entre ellos el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, acusados de participar en una red de gigantescos desvíos de recursos de la petrolera estatal Petrobras.