El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, aseguró este jueves que los colombianos comenzarán a dejar su país tras el triunfo del progresista Gustavo Petro en las elecciones celebradas el pasado domingo.
«Colombia acabó de elegir a un presidente del M-19, parecido con Dilma Rouseff», expresidenta de Brasil que también militó en grupos guerrilleros en su juventud, dijo Bolsonaro ante unos seguidores a las puertas de su residencia oficial en Brasilia.
«¿Cuál es el servicio público más procurado en ese país?», indagó Bolsonaro a quienes le escuchaban sobre Colombia, para responder de inmediato: «El sector de pasaportes».
Bolsonaro también comentó el pedido de Petro, tras su victoria en las urnas, para que fueran liberados los jóvenes detenidos por actos de violencia durante las protestas sociales que el año pasado fueron registradas en diversas ciudades de Colombia.
«Va a soltar a todos los chicos. Generalmente quien está en el narcotráfico es gente de esa franja de edad, hasta menores», apuntó el líder de la ultraderecha brasileña, cuyo Gobierno felicitó este martes a Petro por su victoria, a través de una nota difundida por la Cancillería.
Bolsonaro, como en muchas otras ocasiones, vinculó sus críticas a Petro con las que mantiene contra otros de los países gobernados por líderes de izquierda, a quienes asoció al expresidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
«En Venezuela agarran tres bolsas de dinero y van a comprar pan. Vean cómo están Venezuela, Argentina, Chile, Colombia o Cuba», dijo Bolsonaro, quien sostuvo que los mandatarios de esos países y Lula son todos del Foro de Sao Paulo, que agrupa a partidos de izquierda latinoamericanos.
En una referencia velada a las elecciones de octubre próximo en Brasil, en las que aspira a renovar su mandato pese a que todos las encuestas dan como claro favorito a Lula, reiteró una advertencia a los brasileños en relación a esos comicios.
«Nosotros somos los responsables por nuestros actos y omisiones», declaró Bolsonaro, quien insistió en que Brasil está «amenazado» por una «vuelta del comunismo», que en su opinión está encarnado en el país por Lula y los partidos progresistas que le apoyan.