El corte de relaciones diplomáticas entre Bolivia e Israel acerca al país suramericano a varios de sus socios políticos y comerciales en Medio Oriente y Asia, a la vez que lo aleja de los países de Occidente, dijo este miércoles a Efe el politólogo Franklin Pareja.
El experto, que también es investigador en la estatal Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), en La Paz, indicó que la ruptura que comunicó el gobierno de Luis Arce «era previsible» y que además sitúa a Bolivia en una «posición antioccidental».
«La posición que toma Bolivia es perjudicial, en el entendido de que socios naturales y tradicionales como la Unión Europea y algunos países latinoamericanos ya no van a entrar en sintonía con el país», expresó.
Bolivia comunicó el martes la ruptura diplomática con Israel luego de valorar que el país asiático cometió una «agresiva y desproporcionada ofensiva militar» contra la población palestina en la Franja de Gaza.
El gobierno boliviano exigió el «cese a los ataques contra el pueblo palestino» e hizo un llamado a encontrar «soluciones estructurales» al conflicto israelí-palestino y convocó a realizar una «acción colectiva» para lograr la pacificación en la zona.
«Bolivia -considera Pareja- no está en la línea de Occidente, (sino) está más próxima a la línea de Medio Oriente y Asia» con socios políticos y comerciales como China, Irán y Rusia.
El experto cree que la posición boliviana responde a «una impronta que ciertamente viene inducida por el radicalismo de los socios que tiene Bolivia» y que son los «más radicales».
Las reacciones
El grupo islamista palestino Hamás, que gobierna de facto la Franja de Gaza, celebró la decisión del gobierno de Bolivia de romper relaciones diplomáticas con Israel y la calificó de postura «valiente».
Asimismo, agradeció a los gobiernos de Colombia y Chile por retirar a sus embajadores de Israel.
Mientras que Israel acusó a la administración del presidente Luis Arce de «rendirse al terrorismo y al régimen del ayatolá en Irán», además que se «alinea con la organización terrorista Hamás».
Arce se reunió el lunes con el embajador de Palestina en Bolivia, Mahmud Elalwani, y le expresó su rechazo a los «crímenes de guerra en la Franja de Gaza».
El jefe de Estado boliviano también hizo un llamado para que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas «allane una solución definitiva para que Palestina ejerza su derecho a la autodeterminación, a su territorio sin ocupaciones ilegales y consolide su propio Estado libre e independiente».
Sin embargo, el expresidente de Bolivia y líder del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) Evo Morales consideró que romper relaciones diplomáticas «no es suficiente» y que ahora el gobierno debe declarar a Israel como «Estado terrorista» y «presentar una denuncia ante la Corte Penal Internacional».
En 2009, el gobierno de Morales (2006-2019) rompió relaciones diplomáticas con Israel como respuesta a los ataques contra la Franja de Gaza, pero los lazos se restablecieron en 2020 por el gobierno transitorio de Jeanine Áñez (2019-2020).
El ataque de Hamás en suelo israelí el 7 de octubre mató a más de 1.400 israelíes y dejó 240 secuestrados en el enclave, mientras que la guerra desatada desde entonces se ha cobrado la vida de más de 8.500 palestinos en Gaza y causado más de 21.500 heridos.