El gobierno interino de Bolivia acusó este jueves a Cuba y a Venezuela de estar detrás de la violencia en el país, para apoyar a Evo Morales, ahora en México, a quien reclamó su retorno.
La ministra de Comunicación de Bolivia, Roxana Lizárraga, declaró a los medios en La Paz que su gobierno no reconoce a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, a quien tildó de dictador, sino al líder de la Asamblea Nacional, el opositor Juan Guaidó, como mandatario encargado.
Lizárraga advirtió que su país no quedará de rodillas por un complot de las embajadas de Cuba y de Venezuela en Bolivia, ni por las acciones que pueda llevar a cabo Morales desde México.
Afirmó que el embajador de Cuba en Bolivia, Carlos Rafael Zamora, es parte de la inteligencia cubana. Lo acusó de haber intervenido en conflictos en Nicaragua y Ecuador.
La ministra dijo que agentes cubanos pagan a seguidores de Morales para cometer actos violentos. Manifestó que estos hechos ocurren por orden del que fuera presidente del país, pero con dinero del Estado boliviano.
Roxana Lizárraga citó informaciones sobre la detención en las últimas horas en Bolivia de varios cubanos con miles de bolivianos, la moneda de Bolivia.
Igualmente, señaló que existe el temor de que el régimen de Maduro distribuyera 200.000 armas por Suramérica. De la misma manera, indicó que algunas de estas podrían estar en su nación.
Asimismo, se preguntó cómo verán los mexicanos las supuestas relaciones con cárteles del narcotráfico de las que aseguró que algunas investigaciones periodísticas acusan a Morales.
La autoridad reclamó a México que devuelva a Morales a Bolivia, pues este país le concedió asilo.
Investigaciones
Lizárraga advirtió que se investigará a quienes puedan cometer un delito de sedición. Alertó de una conspiración instigada por el último ministro de Presidencia de Morales, Juan Ramón Quintana, en paradero desconocido, y Raúl García Linera, un hermano del que fuera su vicepresidente, Álvaro García Linera, exiliado en México.
Los acusó de actuar con una línea terrorista. Y destacó que el objetivo del oficialismo afín a Morales es “que haya muerte y sangre” en Bolivia.
La ministra criticó al Movimiento al Socialismo del ex presidente por incumplir a, su juicio, la Constitución. También indicó que tendrá que rendir cuentas por haber sido “un ladrón del voto y de la democracia”.
El domingo pasado la Organización de Estados Americanos emitió un informe sobre graves irregularidades en los comicios del 20 de octubre. En estas elecciones, Morales, quien está ahora asilado en México, fue reelecto para un cuarto mandato consecutivo.