El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, se reunirá este martes con el presidente Mahmud Abas en Cisjordania, al término de una gira en Oriente Medio para llamar a la desescalada entre israelíes y palestinos.
En Ramala, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, Blinken instará de nuevo al jefe de la Autoridad Palestina a actuar más firmemente para frenar los ataques antisraelíes. Especialmente, tras la decisión del organismo de poner fin a la cooperación con Israel en materia de seguridad como represalia a una redada israelí mortífera el jueves en Yenín.
Washington lamentó esta decisión y dijo temer que la situación en el terreno «empeore».
Antes de viajar a Ramala, el secretario de Estado norteamericano se reunió este martes por la mañana en Jerusalén con el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant.
Gallant aplaudió el «apoyo incondicional» de Blinken al «derecho de Israel a defenderse», según indicó su oficina. El funcionario estadounidense reiteró sus llamados «a tomar medidas para restablecer la calma y frenar las tensiones», de acuerdo con sus servicios.
Prevista desde hacía tiempo, la gira del jefe de la diplomacia estadounidense, iniciada el domingo en Egipto, cobró una nueva dimensión tras la escalada de violencia entre israelíes y palestinos en pocos días.
«Sentimiento de seguridad»
Las víctimas mortales en ambos bandos se han multiplicado en apenas una semana: atentados, tiroteos, ataques con cohetes, bombardeos y sanciones hacen temer un nuevo ciclo de sangrientos enfrentamientos.
«Exhortamos ahora a todas las partes a tomar medidas urgentes para recobrar la calma e [iniciar] una desescalada», declaró Blinken en una rueda de prensa junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Blinken dijo esperar «restablecer un sentimiento de seguridad tanto para israelíes como para palestinos».
El lunes por noche se reunió con su par israelí, Eli Cohen, y con el presidente Isaac Herzog.
Tras los ataques antisraelíes, el gobierno de Netanyahu –el más derechista de la historia del país– anunció un paquete de medidas para sancionar a los familiares de los autores de esos hechos.
El domingo, las fuerzas israelíes sellaron el domicilio familiar de un palestino que mató a siete personas el viernes frente a una sinagoga en Jerusalén Este, la parte palestina de la Ciudad Santa ocupada por Israel, y planean destruir la vivienda.
La casa de un palestino que hirió el sábado a dos israelíes, también en Jerusalén Este, debía también ser precintada.
Guardias israelíes mataron el domingo a un palestino en Cisjordania. Y el lunes, las fuerzas israelíes abatieron a un palestino en Hebrón, en el sur de este territorio, según las autoridades palestinas. Según el ejército, dispararon a un conductor que huía.
Esta ola de violencia se desencadenó tras una incursión israelí en el campo de refugiados de Yenín, en la que murieron una decena de palestinos, seguida de disparos de cohetes desde Gaza hacia Israel y de bombardeos israelíes en represalia.
El movimiento islamista Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, consideró el lunes que la visita de Blinken reflejaba el «apoyo absoluto» a la “ocupación” israelí.
Egipto, mediador histórico
Blinken inició su gira en Egipto, mediador histórico en el conflicto israelo-palestino.
Primer país árabe que firmó la paz con Israel en 1979 y vecino de la Franja de Gaza, bajo bloqueo israelí desde hace más de 15 años, Egipto recibe tanto a los jefes de gobierno israelíes como a los dirigentes de los distintos partidos palestinos.
La presidencia egipcia aseguró que el país había obrado para intentar «controlar el brote de tensiones».
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