«Bienvenido de nuevo» dijo Joe Biden este miércoles en tono cortés a Donald Trump en la Casa Blanca durante una reunión entre dos hombres que se odian.
Después de un apretón de manos con el jefe de Estado saliente en el Despacho Oval, Trump, que fue el 45º y pronto será el 47º presidente estadounidense, aseguró que la transición será «lo más fluida posible».
Los dos hombres se sentaron junto a la chimenea e hicieron breves declaraciones antes de comenzar la reunión, a la que asistieron sus respectivos jefes de gabinete: Jeff Zients por Joe Biden, Susie Wiles por Donald Trump.
«Haremos cuanto podamos para asegurarnos de que tiene todo lo que necesita», dijo Biden, después de darle la «enhorabuena».
«La política es dura, y en muchos casos no es un mundo muy agradable. Hoy es un mundo agradable y lo aprecio mucho«, opinó Trump, que ocupó el Despacho Oval de 2017 a 2021.
Biden invitó a su acérrimo rival republicano después de la derrota electoral de la vicepresidenta Kamala Harris la semana pasada, a pesar de que Trump no hizo lo propio con él.
La situación es muy humillante para el octogenario demócrata, que sabe que el equipo entrante puede desbaratar gran parte de su legado.
Trump visitará el Capitolio
Biden calificó a Trump de amenaza para la democracia y competía con él por la presidencia hasta que su desastroso desempeño en un debate electoral obligó al demócrata a retirarse de la carrera en julio.
La reunión es un trago amargo para él y una revancha para su invitado.
La primera dama, Jill Biden, le entregó una carta de felicitaciones para su esposa Melania Trump, que se ausentó sin dar explicaciones.
Previo al encuentro el magnate habló con un grupo de republicanos, ante los que mencionó la hipótesis de volver a presentarse como candidato a la Casa Blanca, algo prohibido por la Constitución estadounidense.
«Sospecho que no volveré a presentarme, a menos que digas: ‘Es bueno, tenemos que contemplar otra cosa», les dijo.
Además de la reunión en la Casa Blanca, Trump visitará el Capitolio, donde en enero de 2021 una turba de simpatizantes suyos irrumpió en un intento por impedir que se certificara la victoria de Biden.
Pisa fuerte: su partido ha arrebatado el control del Senado a los demócratas y se dispone a mantener el de la Cámara de Representantes.
Tradición
La invitación de Biden restablece una tradición que Trump rompió cuando perdió las elecciones de 2020, negándose a sentarse con él e incluso a asistir a la investidura.
El expresidente Barack Obama recibió a Trump en la Casa Blanca cuando el magnate ganó las elecciones de 2016.
Cuando Trump se fue de la Casa Blanca el 20 de enero de 2021 muchos republicanos lo repudiaron por haber arengado a una multitud antes del asalto al Capitolio.
Pero el período de desgracia duró poco y los republicanos volvieron a su lado en parte por su capacidad para movilizar electoralmente al movimiento de derecha que lo ha vuelto a aupar al poder.
Trump inicia su segundo mandato con un control casi total sobre su partido.
Ha pasado la semana desde las elecciones en su mansión de Florida, formando su equipo.
Entre los últimos nombramientos destaca el del hombre más rico del planeta, Elon Musk, al frente de una nueva «comisión de eficiencia gubernamental», junto con el empresario Vivek Ramaswamy.
Este último ha prometido en X que el dúo no tendrá pelos en la lengua.
Durante la campaña, Musk sugirió que la comisión podría hacer recortes de hasta 2 billones en el presupuesto federal, cantidad superior a los presupuestos combinados de Defensa, Educación y Seguridad Nacional.
Por lo pronto acompañará a Trump en varios actos previstos este miércoles.
El puesto más importante anunciado hasta ahora es el de jefe de la diplomacia, para el que ha elegido al senador de Florida Marco Rubio, según los medios estadounidenses.
El parlamentario Michael Waltz, exoficial de fuerzas especiales, sería su asesor de seguridad nacional.
Ambos tienen opiniones belicistas sobre China, pero no se les considera aislacionistas, a pesar de las amenazas previas de Trump de retirarse o cortar con la OTAN.
También se confirmó que la gobernadora Kristi Noem dirigirá el departamento de Seguridad Interior, clave porque se encarga de la protección de las aduanas y las fronteras, de la gestión de la migración y de la respuesta a los desastres naturales.
Trabajará de la mano con Tom Homan, el nuevo «zar de fronteras».
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