El aspirante demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, recibió este miércoles un respaldo clave que aumenta su esperanza de ganar en Carolina del Sur y frenar, así, el impulso de Bernie Sanders, favorito en el país para convertirse en el rival de Donald Trump.
El apoyo del legislador Jim Clyburn, el demócrata más influyente de Carolina del Sur y el afroamericano de más alto rango en el Congreso, podría consolidar la adhesión de Biden entre los votantes negros, un electorado crucial para obtener la nominación y para que el Partido Demócrata triunfe en noviembre.
«Carolina del Sur debería votar por Joe Biden», dijo Clyburn en un evento. El demócrata lo considera el mejor preparado para restaurar la dignidad y el respeto del país.
Clyburn destacó los ocho años de Biden como vicepresidente de Barack Obama, primer mandatario negro de Estados Unidos. «Joe continuará el legado de Obama», aseguró en un video en Twitter.
Biden, que hasta enero encabezaba la intención de voto entre los demócratas de todo el país, llega malherido a la contienda de Carolina del Sur tras quedar cuarto en Iowa, quinto en New Hampshire y en un lejano segundo puesto con respecto a Sanders en Nevada.
Pero el ex vicepresidente confía en que una victoria el sábado lo catapulte en el «supermartes» del 3 de marzo, cuando votan 14 estados y se elige un tercio de todos los delegados que definirán al candidato presidencial en la convención del Partido Demócrata de julio.
«Voy a ganar Carolina del Sur», afirmó Biden el martes en la noche durante un debate en la histórica ciudad de Charleston que enfrentó a los siete principales candidatos en liza.
«Ganaré el voto afroamericano», insistió.
«Caótico debate»
Biden, de 77 años de edad, primero en las encuestas en Carolina del Sur, se mostró combativo ante las cámaras, con permanentes alusiones a su trayectoria junto con Obama y comentarios dirigidos al electorado negro.
No obstante, su leve tartamudeo y algunos errores siguen generando dudas sobre su capacidad para dar la batalla contra Trump.
«Loco, caótico debate demócrata anoche. Las noticias falsas dijeron que a Biden le fue bien, a pesar de que dijo que la mitad de nuestra población fue asesinada a tiros», tuiteó Trump el miércoles luego de que el ex vicepresidente dijera que las armas de fuego causaron 150 millones de muertes desde 2007 en Estados Unidos.
No fue el único lapsus. Biden también habló de los «campos de reconstrucción» instalados por China en la región mayoritariamente musulmana de Xinjiang para reeducar a la minoría uigur, antes de corregirse y decir «campos de concentración».
Sanders, sin embargo, fue quien concentró todas las críticas de los contendientes, que lo consideran demasiado radical para atraer a una franja amplia de estadounidenses. El senador, de 78 años de edad, fue especialmente atacado por el financiamiento de su plan de salud universal y por sus alabanzas al programa de alfabetización de Fidel Castro.
«Claro que hay una dictadura en Cuba», manifestó Sanders en su defensa. Subrayó que siempre se ha opuesto al autoritarismo en todo el mundo. Reiteró que sus elogios a la revolución cubana no son diferentes a declaraciones de Obama, algo que Biden rechazó.
Imperativo moral
Sanders participó el miércoles en un desayuno organizado por el reverendo Al Sharpton, importante figura del movimiento por los derechos de los negros.
«Es un imperativo moral derrotar al presidente más peligroso de la historia de este país», afirmó Sanders sobre Trump. El senador llamó al presidente estadounidense racista, fanático religioso y titular de un gobierno corrupto.
En la cita en el gimnasio de una iglesia bautista también estaban Biden y el resto de los principales postulantes, todos blancos: el empresario Tom Steyer; las senadoras Elizabeth Warren y Amy Klobuchar, y el ex alcalde Pete Buttigieg.
«Soy la única persona que se dice a favor de las reparaciones de la esclavitud», señaló Steyer, tercero en los sondeos en Carolina del Norte.
Los moderados Klobuchar y Buttigieg apelaron a la unidad como única forma de derrotar al mandatario republicano.
No estaba el multimillonario Michael Bloomberg, de 78 años de edad, quien aspira a compensar su deslucida participación en los dos últimos debates con más de 500 millones de dólares invertidos en publicidad, puesto que optó por medirse recientemente en las urnas en el «supermartes».
Andrea Boyd, una afroamericana sexagenaria jubilada, declaró a AFP que aún no ha decidido su voto. «Biden cree que tiene el voto negro en Carolina del Sur. Veremos eso», señaló.
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