El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, planea nombrar al veterano diplomático Antony Blinken como su secretario de Estado, una decisión que podría señalar el regreso al multilateralismo después de que Donald Trump se apartara de los aliados tradicionales del gigante norteamericano, informaron medios locales este domingo.
«Verán las primeras elecciones del presidente electo para su gabinete el martes de esta semana», afirmó este domingo su jefe de gabinete, Ron Klain, al programa de ABC «This Week».
Blinken, de 58 años de edad, es uno de los principales colaboradores del demócrata en política exterior y ya fue el número dos del Departamento de Estado con Barack Obama, cuando Biden era vicepresidente.
The Washington Post y otros medios de comunicación informaron de que el puesto de asesor de seguridad nacional será para Jake Sullivan, otro asistente veterano de Biden.
La prensa estadounidense indicó por otra parte que Biden eligió a Linda Thomas-Greenfield, que fue encargada para África en el Departamento de Estado durante la presidencia Obama, para el puesto de embajadora ante la ONU.
De ser confirmado por el Senado, Blinken sustituiría en el cargo a Mike Pompeo, cuyas prioridades al frente de la diplomacia estadounidense incluyeron una relación sin concesiones con China y la contención de Irán.
La designación de Blinken como secretario de Estado podría contribuir a tranquilizar a los aliados tradicionales de la potencia norteamericana, dejados de lado -y en ocasiones insultados- por Trump.
Eurófilo comprometido, Blinken, nacido en Nueva York, fue a la escuela secundaria en París, donde su padrastro, un sobreviviente del Holocausto, ejerció la abogacía, y luego trabajó como abogado en Francia.
Biden nombrará a sus primeros elegidos para integrar su equipo de gobierno el martes, según adelantó su jefe de gabinete, aunque Trump continúe con sus denuncias de fraude sin evidencias pese a la creciente oposición dentro de su propio partido.
El demócrata ha continuado con sus preparativos para asumir la presidencia el 20 de enero, independientemente de los intentos de Trump para impugnar los resultados de los comicios del 3 de noviembre.
Klain no quiso especificar, sin embargo, qué puestos anunciará Biden, aunque el propio Biden dijo la semana pasada que ya ha decidido quién ocupará el puesto clave de secretario del Tesoro.
Un numero creciente de republicanos han reconocido ya la victoria de Biden, o al menos han instado a la Administración de Servicios Generales – una agencia usualmente de perfil bajo que se encarga de la burocracia federal- a que libere los fondos para la transición.
Con Trump negándose a reconocer el resultado de las elecciones, a Biden y a sus principales asesores se les ha negado información sobre temas delicados de política nacional y exterior, y sobre lo más urgente, la pandemia de coronavirus que azota al país.
El exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, quien en 2016 asesoró a Trump en la transición, dijo en ABC que el equipo legal del presidente era una «vergüenza nacional».
El gobernador de Maryland, Larry Hogan, otro republicano prominente, dijo en CNN que Trump estaba haciendo que el país pareciera una «república bananera». Posteriormente, tuiteó que el presidente debería «dejar de jugar golf y conceder» la victoria a Biden.
Liz Cheney, la tercera republicana de la Cámara de Representantes, dijo que si los abogados de Trump no pueden probar las acusaciones de fraude, el presidente debería «respetar la inviolabilidad del proceso electoral».
Incluso el legislador Devin Nunes, un ferviente partidario de Trump, admitió de forma indirecta en Fox News que Biden había realizado una campaña «exitosa desde un sótano».
‘Sin mérito’
Trump volvió a tuitear el domingo sobre «cantidades masivas de papeletas fraudulentas», una afirmación desestimada por una larga lista de jueces en varios estados.
Las apariciones del abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, han generado burlas, al igual que las afirmaciones de otro miembro de su equipo legal, Sidney Powell.
Powell ha alegado teorías conspirativas infundadas sobre un posible pirateo de las elecciones, lo que le valió la burla generalizada, pero también el elogio de algunos de los partidarios más fervientes de Trump.
Giuliani anunció el domingo que Powell no formaba parte del equipo del mandatario.
El último revés legal de Trump llegó el sábado, cuando un juez de Pensilvania desestimó las acusaciones de fraude del presidente.
El juez Matthew Brann escribió que las demandas del equipo de Trump sobre el voto por correo se basaban en «acusaciones especulativas».
Su fallo allanó el camino para que Pensilvania certificara la victoria de Biden en el estado.
Biden ganó 306 votos y Trump, 232, del Colegio Electoral, órgano que decide quién ocupa la Casa Blanca.
El Colegio Electoral debe votar formalmente el 14 de diciembre, y las certificaciones estatales deben hacerse de antemano.