El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, decidió enviar a Oriente Medio al subsecretario adjunto para Asuntos Palestinos e Israelíes del Departamento de Estado, Hady Amr, con el objetivo de buscar una «desescalada» y mediar en el conflicto.
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, anunció este miércoles en una rueda de prensa que Amr viajará «inmediatamente» a la región para reunirse con líderes israelíes y palestinos.
«En particular, pedirá en mi nombre y del presidente Biden una desescalada de la violencia», dijo Blinken.
Consideró que «lo más importante» es lograr el cese de la violencia y que, por ello, EE.UU. ha mantenido intercambios con las dos partes, así como con otros aliados regionales.
Específicamente, Blinken conversó el martes con su homólogo israelí, Gabi Ashkenazi, mientras que este fin de semana el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, habló con su par israelí, Meir Ben-Sha.
Además, el jefe del Pentágono, el general Lloyd Austin, abordó la escalada de violencia este miércoles con el ministro israelí de Defensa, Benny Gantz.
Durante todas esas conversaciones, Estados Unidos respaldó el derecho de Israel a defenderse y condenó los ataques con cohetes de Hamás, puntos que Blinken repitió durante su comparecencia.
Preguntado por los civiles muertos en la Franja de Gaza, Blinken consideró que existe un «clara y absoluta distinción entre una organización terrorista, Hamás, que está lanzando cohetes indiscriminadamente y, de hecho, apuntando contra civiles» e Israel, que está ejerciendo su derecho a «defenderse de terroristas».
Sin embargo, reconoció que la muerte de civiles, especialmente menores, tiene un «impacto poderoso» en la perspectiva de Estados Unidos.
«Israel -dijo- tiene una carga extra para hacer todo lo posible para evitar víctimas civiles, incluso cuando correctamente está defendiendo a su pueblo. Y los palestinos tienen el derecho a la seguridad y todos nosotros debemos trabajar en esa dirección».
Desde que estalló el lunes esta ola de violencia entre Israel y Gaza, han muerto al menos 48 palestinos -entre ellos 14 niños- en el enclave y 6 personas en territorio israelí, entre ellas una adolescente y una trabajadora de la India.
Las milicias palestinas lanzaron contra Israel más de un millar de proyectiles (dos centenares fallidos cayeron en la franja) que también alcanzaron Jerusalén y Tel Aviv, mientras que Israel realizó más de 500 bombardeos de represalia contra objetivos del enclave. Las sirenas antiaéreas no paran de sonar en comunidades israelíes cercanas a Gaza.