Joe Biden marcará su entrada a la Casa Blanca en Washington este miércoles con 17 decretos para revertir políticas que marcaron la gestión de su predecesor, Donald Trump, entre ellas el retorno al acuerdo de París sobre el clima y la anulación de la decisión de dejar la OMS y cambios migratorios.
Un hito en este cambio de folio es que el inmunólogo Anthony Fauci va a intervenir en nombre de Estados Unidos en una reunión del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el jueves, explicó a los periodistas Jeff Zients, encargado de la respuesta a la pandemia del nuevo gobierno que asume este miércoles.
Para limitar la propagación del virus -que ha dejado más de 400.000 muertos en el país- el presidente va a firmar un decreto para que sea obligatorio el uso de mascarillas en los edificios federales y para los empleados del gobierno central.
Para paliar los efectos de la crisis inducida por la pandemia, Biden prevé una moratoria contra los desalojos y un congelamiento de los préstamos estudiantiles federales.
Para el demócrata, la lucha contra el calentamiento climático es otra prioridad de su mandato y recién llegado a su despacho va a enviar un correo a la ONU para que Estados Unidos pueda volver en un mes al Acuerdo de París contra el calentamiento global, agregó Gina McCarthy, responsable de este asunto en el nuevo gabinete.
Biden también quiere revertir una serie de medidas de desregulación ambiental tomadas por el gobierno republicano. Entre ellas va a revocar la autorización para el controvertido oleoducto de Keystone XL, que une Estados Unidos y Canadá.
Vía para la naturalización
En materia de política migratoria, el demócrata busca nadar en contra de la ola de decretos que conformaron la doctrina de Trump, que buscó que la lucha contra la inmigración irregular fuera un sello de su gobierno.
Biden anunció que va a anular un decreto migratorio muy controvertido que prohíbe la entrada en Estados Unidos de ciudadanos de países mayoritariamente musulmanes.
Además va a suspender los trabajos de construcción del muro en la frontera con México, financiado con presupuesto del Pentágono, lo que generó agrias pugnas que agitaron la presidencia de Trump.
En el ámbito legislativo, Biden pasa a presentar un proyecto al Congreso. Uno de los principales puntos es que va a dar a cerca de 700.000 jóvenes llegados como indocumentados en la infancia acompañando a sus padres, el colectivo conocido como los «soñadores», una vía para su naturalización.
Los migrantes beneficiados por el Estatuto de Protección Temporal (TPS) -una protección que Trump intentó derribar, al igual que la que beneficiaba a los «soñadores»- también están incluidos en un plan de varias etapas que puede culminar con su nacionalización.
«Será un privilegio trabajar con el Congreso para pasar una reforma legislativa sobre inmigración y ofrece esa vía, y ofrece una solución permanente a lo que claramente es un sistema roto», dijo Alejandro Mayorkas, nominado para dirigir el Departamento de Seguridad Interior -que gestiona la política migratoria-, durante su audiencia de confirmación en el Senado.
El proyecto también incluye fondos adicionales para aumentar la vigilancia y los controles fronterizos y un plan de asistencia para El Salvador, Guatemala y Honduras, el país de origen de la mayoría de esos migrantes.
Esa iniciativa irá a debate en un Congreso que estará dominado por los demócratas en ambas cámaras.
Los consejeros de Biden anunciaron que esta salva a medidas son las primeras de una serie de cambios que el gobierno va a impulsar en los próximos días.
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