El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, presentó este jueves 14 de enero un nuevo paquete de estímulo por 1,9 billones de dólares, destinado a sacar al país de su peor crisis desde los años 1930, y al que seguirá en las próximas semanas un plan de inversiones para relanzar la economía.
Frente a la amplitud de la crisis «no podemos permitirnos quedarnos de brazos cruzados», afirmó Biden al presentar el paquete de ayudas desde su feudo de Wilmington, en Delaware.
Cheques para las familias, fondos para reabrir las escuelas, dinero para acelerar tests y vacunas, liquidez para las pequeñas empresas o ayudas alimentarias reforzadas: las medidas deben responder a la urgencia e impedir que el país se hunda todavía más en la crisis.
Después vendrá un plan de inversiones en la economía verde, cuyos detalles serán precisados en las próximas semanas.
El objetivo será entonces crear millones de empleos en la industria manufacturera que sean bien pagados.
«Imagínense un futuro: ‘hecho en Estados Unidos’, ‘hecho completamente en Estados Unidos’ y completamente por estadounidenses», expuso Biden, enfatizando que el dinero de los contribuyentes se utilizará para reconstruir el país.
«Compraremos productos estadounidenses, sosteniendo millones de empleos industriales estadounidenses», recalcó.
Más beneficios que costos
Antes tendrá que convencer a los legisladores del Congreso (donde su partido Demócrata controlará por poco ambas cámaras) para que desbloqueen los 1,9 billones de dólares del plan de urgencia.
«El retorno de las inversiones en términos de empleo, de igualdad racial, evitará daños económicos en el largo plazo», aseguró Biden adelantándose a la críticas sobre el empeoramiento de la deuda del país.
«Los beneficios serán mucho mayores que el costo de este plan«, agregó.
Los republicanos podrían oponerse al paquete ya que recientemente elogiaron las virtudes de la ortodoxia presupuestaria, aunque en primavera sí votaron un plan de ayuda por 2,2 billones dólares impulsado por el presidente Donald Trump.
Los responsables demócratas de ambas cámaras, de su lado, aseguraron ya su apoyo: «Nos vamos a poner a trabajar inmediatamente para transformar en legislación, que será adoptada por las dos cámaras y ratificada en ley, la visión del presidente electo Biden», reaccionaron Chuck Schumer y Nancy Pelosi en un comunicado conjunto.
El texto prevé que los estadounidense reciban un nuevo cheque de 1.400 dólares por persona en función de sus ingresos.
El paquete de 900.000 millones de dólares adoptado en diciembre, considerado como un pago inicial por Biden, había puesto ya 600 dólares en el bolsillo de cada persona en Estados Unidos, sujeto a ingresos. Pero los demócratas, inusualmente alineados con el presidente republicano saliente Donald Trump, habían exigido 2.000.
La asistencia adicional por desempleo, de la que aún viven 18 millones de estadounidenses, se extenderá hasta finales de septiembre, así como la posibilidad de tomar una licencia por enfermedad paga en caso de contagio de covid-19.
El texto también contempla la prórroga de la suspensión de los desalojos y ejecuciones hipotecarias de alquileres hasta finales de septiembre, así como el refuerzo de la ayuda alimentaria.
Tests y vacunaciones
Biden pretende igualmente acelerar el ritmo de las pruebas y las vacunaciones contra el virus para permitir reanudar la actividad económica.
La reapertura de las escuelas, que todavía están cerradas en gran parte de Estados Unidos o a las que los estudiantes asisten solo a tiempo parcial, también es una prioridad.
El futuro presidente se fijó un plazo de 100 días para que la mayoría de los escolares regresen a los colegios, permitiendo así que sus padres vuelvan al trabajo. La pandemia le cobró un alto precio a las mujeres, que han tenido que renunciar o dejar masivamente de trabajar para ocuparse de sus hijos.
Biden también espera aumentar el salario mínimo a 15 dólares la hora a nivel federal, más del doble de los 7,25 dólares actuales.
Una asignación está prevista para permitir a las autoridades locales y nacionales mantener el empleo de educadores, policías, bomberos y trabajadores de salud pública.
Pero esta última medida corre el riesgo de despertar la ira de los republicanos en el Senado, que habían bloqueado a finales de 2020 cualquier plan de apoyo económico, incluidos los fondos para los municipalidades.
Esto puede complicar la aprobación del plan de Biden porque los demócratas tienen una mayoría muy estrecha en la Cámara Alta.
No se mencionó, sin embargo, el aumento de impuestos, previsto en su programa de campaña, para las empresas más grandes del país y las personas que ganan más de 400.000 dólares al año.
Será Janet Yellen, quien se espera que se convierta en secretaria del Tesoro, equivalente a ministra de Economía y Finanzas, quien deberá liderar las negociaciones con los legisladores en nombre del gobierno.
Aunque el desempleo se mantuvo estable en diciembre en Estados Unidos, en 6,7%, esta es la primera vez desde mayo que la situación no mejora.