El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, amenazó este lunes con reimponer sanciones a Birmania por el golpe de Estado militar, que tildó de «asalto directo contra la transición a la democracia y al Estado de Derecho» del país.
«Estados Unidos retiró las sanciones sobre Birmania en la última década, basándose en el progreso hacia la democracia», recordó Biden en un comunicado, donde especificó que «el retroceso en ese progreso exigirá una revisión inmediata de nuestras leyes y autoridades sancionadoras, seguida de las medidas adecuadas».
En este contexto, el mandatario estadounidense señaló que en una democracia, «la fuerza no puede desestimar la voluntad de la población o intentar borrar el resultado de unas elecciones creíbles». «Durante casi una década, las personas de Birmania han trabajado constantemente para establecer elecciones, una gobernanza civil y una transición pacífica de poder», lamentó, recalcando que este progreso debe respetarse.
Por ello, pedió a la comunidad internacional que se una «en una sola voz» para presionar al Ejército birmano para que «renuncien inmediatamente al poder que tomaron, liberen a los activistas y oficiales detenidos, levanten las restricciones a las telecomunicaciones y se abstengan de usar la violencia contra los civiles».
Por último, aseguró que Estados Unidos «toma nota» de aquellos que apoyan al pueblo birmano «en este tiempo difícil», subrayando que el país norteamericano trabajará para apoyar la restauración de la democracia y el Estado de Derecho, así como para lograr que los responsables de «derrocar la transición democrática en Birmania» rindan cuentas.
Previamente, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, expresó su «grave preocupación y alarma» por lo ocurrido en Birmania, al tiempo que pidió al Ejército del país asiático que liberen a los funcionarios y líderes de la sociedad civil detenidos en el marco del golpe de Estado militar.
Además, llamó a las Fuerzas Armadas a respetar la voluntad expresada por el pueblo birmano en las elecciones. De forma paralela, Blinken reiteró el apoyo de Estados Unidos a la población de Birmania «en sus aspiraciones para la democracia, la libertad, la paz y el desarrollo». «El Ejército debe revertir estas acciones inmediatamente», insistió.
El Ejército de Birmania asumió este lunes el poder del país y declaró el estado de emergencia durante un año tras detener a los principales dirigentes del país, entre ellos a la líder del país, Aung San Suu Kyi.
En la declaración, el hasta ahora vicepresidente, Myint Swe, transfirió todo el poder al comandante en jefe del Ejército, Min Aung Hlaing, mientras dure el estado de emergencia.
El golpe llegó tras las recientes tensiones a raíz de las elecciones generales de noviembre, en las que tanto la oposición como el Ejército han denunciado posibles irregularidades, aunque sin presentar pruebas.