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Baños de florecimiento, una ancestral forma de limpiarse del pandémico 2020

por Avatar EFE

Para dejar atrás todo lo malo de este pandémico 2020 y entrar limpios al próximo año, peruanos fieles a la tradición ancestral del altiplano andino recurren a los baños de florecimiento y revelan sus anhelos para el año 2021 en la tradicional Feria de los Deseos.

Al compás de las campanas que invocan a los «apus«, los dioses de los Andes, curanderos andinos naturales del sureste del Perú y del este de Bolivia ofrecen cábalas y ritos a los visitantes, que acuden al recinto ferial para limpiar su aura y confesar sus deseos de amor, fortuna, dinero y salud para el año nuevo.

Así sucede en la plaza Manco Cápac, de Lima, donde alrededor de la escultura del dios de la abundancia, Ekoko, hay decenas de puestos llenos de amuletos y «alasitas«, el nombre en lengua aimara que reciben las miniaturas hechas de papel o cerámica que materializan los deseos de los creyentes.

Salud para 2021

Las opciones de miniaturas son vastas e incluyen casas, vehículos, negocios, bebés, billetes, certificados de buena salud, árboles de la felicidad y cóndores para ascender de cargo, entre otros.

Tras ser bendecidos por el sacerdote con agua de flores y papeles amarillos, los adornos deben colocarse «en un lugar visible» en la casa del comprador que, con mucha fe, permitirá que «la energía entre y el deseo se cumpla».

Así lo aseveró el sacerdote andino Mario Huanca Mamani, original del sureño departamento peruano de Puno, fronterizo con Bolivia, para quien esta es «una feria de fe y esperanza» que reúne la «costumbre altiplánica» de los antepasados.

Según Huanca, a raíz de la pandemia del coronavirus, que en Perú ya deja por lo menos 1 millón de contagios y cerca de 38.000 fallecidos, los creyentes «ahora piden más que todo salud», convirtiéndola así en el deseo más rogado para el próximo año.

Sacar la carga negativa

En una esquina del centro ferial, la maestra curandera boliviana Carmen Acho exhibe sus más de 40 años de experiencia en la «unión de pareja» y, a pocos metros, varios estantes, presididos por la imagen de la virgen de Copacabana, tradicional de Bolivia, pronostican el futuro de los creyentes con la lectura de hojas de coca.

También se realizan lavados de mano con láminas de oro y plata para retener el dinero, además de limpiezas con el cuy, una práctica que utiliza el conejillo de Indias para sanar el paciente de cualquier tipo de enfermedad.

El ritual más solicitado, sin embargo, es el del florecimiento, un baño seco que, por unos 20 o 30 soles (5,6 u 8,4 dólares), «limpia el aura» para tener un próspero 2021.

La curandera Elena Saravia detalló que el «proceso de limpieza» implica el uso de una pluma de cóndor, un huevo de avestruz y otros secretos que sacan toda la carga negativa que tiene la persona o alguna enfermedad.

«Es para que pueda florecer nuevamente su corazón, para que pueda pagar las deudas, tener un negocio», después de este «mal año que hemos tenido con el virus», señaló la maestra boliviana Victoria Jalgo, mientras arrojaba a su clienta flores amarillas, símbolo de la prosperidad.

La curandera, conocida como Vicky, acumulaba una cola de más de una decena de creyentes que, ansiosos, aguardaban su turno para ser atendidos.

Entre ellos se encontraba Ana Esther Cajas, una mujer que, tras un año traumático, por primera vez se estrenaba en los rituales andinos con un baño de florecimiento y una lectura de hojas de coca para «saber cómo va a ir este año» y, sobre todo, «pedir salud».