Decenas de mujeres, hombres, niños y niñas extranjeros se encontraban desde hace días esperando ingresar a Chile a través del paso fronterizo Chacalluta, en la región de Arica y Parinacota. Con las horas vinieron las explicaciones.
Se trataba, principalmente, de venezolanos que venían desde Perú y cuya gran mayoría no portaba o no tenía la documentación exigida, como el pasaporte o permisos notariales para ingresar con menores de edad.
La imposibilidad de entrar por la puerta norte del país les significó no poder volver al país vecino, a causa de las nuevas regulaciones migratorias que Lima adoptó en medio de la crisis en Venezuela. Fue así como quedaron inmovilizados. Ante el colapso del acceso y los constantes llamados, el gobierno trasladó a quienes no pudieron ingresar a los consulados de Chile en Tacna y La Paz para realizar sus trámites migratorios.
Aquel fue uno de los coletazos migratorios que sufrió Chile debido a la compleja situación de Caracas. Según cifras enviadas por el Departamento de Extranjería de la PDI a Emol, entre 2016 y 2018 los ingresos efectivos de venezolanos aumentaron 240%, pasando de 86.543 a 294.849. Ya entre enero y mayo de este año la cifra fue de 163.947, y corresponde a una de las nacionalidades que mayor explosión registró.
El balance
En promedio, entre 2016 y 2018, Chile tuvo cerca de 13 millones de ingresos anuales por pasos habilitados (13.061.738 en 2016; 14.051.877 en 2017; y 13.293.029 en 2018). Ya durante los 5 primeros meses de este año, la cifra fue de 5.654.950. El prefecto Ítalo Rocca, jefe de la Prefectura de Policía Internacional Aeropuerto de la PDI, explicó que, en general, suele haber un balance entre quienes acceden al país porque son residentes –ya sean chilenos o extranjeros– y aquellos que lo hacen por turismo.
Y si bien la nacionalidad venezolana es la que ha registrado una de las mutaciones más considerables en dicho período, el ranking general se ha mantenido intacto, siendo encabezado por Argentina, seguido de Perú, Bolivia y Brasil (ver gráfico). «Hay un aumento de la nacionalidad venezolana que ha ingresado al territorio nacional debido principalmente a la situación política que se vive en su país. Gran parte de sus ingresos son por la vía terrestre, por el norte, principalmente el paso de Chacalluta», añadió Rocca. Y si bien en los brasileños también se nota un alza que responde principalmente a visitas turísticas a centros de ski o la región de Valparaíso, acotó el prefecto, Argentina sigue siendo un país relevante.
«Argentina siempre ha aportado un tráfico en aumento. Ahora está viviendo una crisis económica que puede estar afectando los ingresos, pero entre ambos países existen muchos nexos familiares, y pasos (fronterizos) estrechos, por lo que hay mucho tráfico. Existe la posibilidad de que la crisis traiga una baja, pero aún así el movimiento es importante y va a continuar», acotó. Y, ya abordando un análisis más global sobre el fenómeno migratorio, expresó: «El punto más notorio en migración es el cambio del predominio de ciertas nacionalidades. Los extranjeros que residían históricamente, peruanos y bolivianos, cambiaron. Se pasó a ecuatorianos y ahora venezolanos. Es así como, de los casi 1.200.000 extranjeros que residen en Chile, cerca de 288.000 son venezolanos».
Diferencias y migración interna
Cada año, la policía civil registró un margen entre las entradas y salidas del país, siendo superiores las primeras. Ante la diferencia, Rocca recordó el número de foráneos que residen en Chile y «que en un momento pudieron haber salido a ver a sus familias y luego regresaron»; como también podría haber casos de estudios, cuya estadía depende de cada situación. En cuanto a quienes ingresan como turistas, la visa suele ser de 90 días.
Otra situación constatada refiere a que los principales ingresos de extranjeros son de países vecinos. Ante ello, el policía señaló que mundialmente existe «un fenómeno que es la migración interna. Ocurre con Europa en sus alrededores y Latinoamérica con países de la zona, principalmente de la parte sur, que cuentan con mayor estabilidad económica y social». Y precisó: «Los más atractivos son Chile, Argentina, Brasil y Perú, pero nuestro país también muestra mayor seguridad y orden, al igual que estabilidad política».
Rechazos
Actualmente, en Chile hay 87 controles migratorios: 18 aéreos, 38 terrestres y 31 marítimos, siendo los de mayor demanda el aeropuerto de Santiago, y los pasos de Chacalluta y Los Libertadores. La PDI, en tanto, con alrededor de 1.078 funcionarios, controla 99% de los pasajeros. En cualquiera de los puntos, los policías pueden negar el acceso a partir de los puntos que establece la ley de migración, como también por facultades propias de la PDI.
En la normativa de Migración, por ejemplo, se hallan los casos de quienes propaguen doctrinas que tiendan a destruir o alterar el orden social mediante la violencia; «los que estén sindicados o tengan reputación de ser agitadores o activistas de tales doctrinas»; quienes se dediquen al comercio o tráfico ilícito de drogas o armas, al contrabando, entre otros; condenados o procesados por delitos que la ley chilena clasifique de crímenes; y los prófugos de la justicia por delitos no políticos. En tanto, la PDI tiene la potestad de analizar las intenciones que manifiesta el extranjero al entrar y salir del país. «Ante un turista que, al ser consultado, no sabe dónde va a ir, dónde se va a hospedar, se puede sospechar que no viene con los recursos económicos necesarios, pudiéndose impedir su ingreso», concluyó Rocca.