La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, aseguró que el brote de coronavirus ha desatado una ola de prejuicios contra ciudadanos asiáticos.
«Pido a los Estados miembros que combatan esta y otras formas de discriminación«, exhortó Bachelet ante el Consejo de Derechos Humanos.
Aseguró que para hacer frente al virus es necesario que las medidas de salud pública en todos los países se realicen sin estigmatizar a nadie. Solicitó especial importancia a la transparencia y a la información veraz.
Bachelet añadió que las cuarentenas deben ser proporcionales a los riesgos, temporales, y seguras. Por ello, instó a proteger a los afectados y garantizr su derecho al acceso a alimentos, agua potable, trato humano. Asimismo, su libertad de expresión e información.
Recordó que aquellas personas que viven en instituciones como asilos o prisiones son más vulnerables a esta infección. Por ello, expresó su preocupación por el trato a estos grupos vulnerables.
La alta comisionada aprovechó para rendir homenaje a los profesionales sanitarios que están haciendo frente al Covid-19. «Este virus supone una grave amenaza a los derechos a la vida y la salud de todos», dijo.
«Esta crisis sanitaria es una prueba para medir la resistencia de nuestras sociedades, y la red de derechos humanos proporciona cruciales guías para fortalecer la eficacia de nuestra respuesta», concluyó.
El embajador chino ante la ONU en Ginebra, Chen Xu, invitó este miércoles en el mismo Consejo de Derechos Humanos a Bachelet a visitar China y su región noroccidental de Xinjiang, donde grupos de derechos humanos denunciaron la existencia de masivos campos de reeducación para uigures y otras etnias musulmanas de la zona.
La alta comisionada informó que se estudia ya el envío de un equipo de su oficina a China, aunque recalcó que pedirá acceso, sin trabas, a determinadas instalaciones para «analizar profundamente la situación de los derechos humanos».