Autoridades mexicanas están pidiéndole a migrantes de origen venezolano, que desde hace más de un mes están en casas de campaña a la orilla del Río Bravo, línea divisoria entre México y Estados Unidos, que se resguarden en albergues públicos.
Casas de campaña, cobijas puestas sobre cartón o colchonetas sobre pedazos de madera, son parte de lo que conforma este campamento, sitio que lo han considerado una muestra de resistencia pacífica, en demanda de asilo político.
Ante esta situación, el presidente municipal de la mexicana Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuellar, pidió a los indocumentados que dejen el campamento y se resguarden en los albergues, ya que continúa la onda gélida en la región y les genera un riesgo a la salud.
«Vamos a insistir, por su bien es importante que se refugien, seremos respetuosos de los derechos humanos. Seguiremos pendientes, e insistiendo por su bien», declaró en rueda de prensa.
En el lugar, los venezolanos formaron la palabra ‘SOS’ con piedras, algunas pintadas en azul. También, escribieron mensajes en dos mantas, en las que se lee: “Joe Biden Venezuela te necesita” y “SOS. Presidente Joe Biden somos de la dictadura de Venezuela. The Good ones are more”.
Hay algunas casas de campaña, que en el exterior tienen un cartón, en donde escribieron «ocupado». Algunos de los indocumentados salen de su refugio y ponen esto a manera de que no se instale alguien más en el lugar.
Hace unos días, cientos de migrantes de esta región se entregaron a las autoridades norteamericanas para arreglar su situación migratoria. Sin embargo, aún queda un gran número de ellos en esta zona fronteriza.
Uno de los indocumentados que se resguarda en esta zona es Leudys Rojas, quien declaró a EFE que “hay quienes tienen un mes o dos meses en este campamento, hay incertidumbre de si se puede cruzar o no y este frío no se soporta».
Añadió que todos tienen el sueño de cruzar a Estados Unidos, y en su caso, dijo que esperará hasta que lo indiquen las autoridades estadounidenses.
«Sería algo terrible que nos quitaran de aquí, donde nos resguardaríamos. Yo definitivamente no me voy a un albergue. En mi caso dejé a mis hijas en Venezuela y quiero cruzar para ayudar a mi familia».
Los inmigrantes se quedaron varados en dicha frontera, luego de que el pasado 12 de octubre el gobierno de Joe Biden modificó la política migratoria para los ciudadanos procedentes de Venezuela.
Esta decisión determinó ampliar la legislatura de expulsión fronteriza, regida por la normativa llamada Título 42, y comenzó a deportar a ciudadanos venezolanos a México.
La región vive un flujo migratorio récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza detuvo en el año, un número inédito de más de 2,76 millones de indocumentados, una cifra que incluye incrementos sustanciales en las capturas de cubanos y venezolanos.
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