La gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, y el alcalde Eric Adams unieron este lunes esfuerzos con el sector empresarial para reclamar una vez más al gobierno federal que acelere la regularización de los migrantes recién llegados para que puedan trabajar, en una ciudad donde además hay empleos disponibles para ellos.
Hochul comparó la crisis humanitaria y económica que se afronta como «una especie de huracán».
«Necesitamos dinero, nuevos lugares de refugio y apoyo. Necesitamos cambios en las políticas de autorización de trabajo que permitan que estas personas no tengan que esperar meses y posiblemente años para obtener su estatus legal. Pero hagámoslo de manera expedita», manifestó Hochul en conferencia de prensa conjunta centrada en la demanda de acelerar la concesión del Estatus de Protección Temporal (TPS en inglés).
Indicó que los migrantes deben esperar 180 días a tener el permiso de trabajo luego de solicitar el asilo en Estados Unidos, lo cual creen debe cambiarse para enfrentar la crisis en Nueva York. Recordó que los migrantes «quieren trabajar» y que hay empleos en el sector agrícola, hostelería y restauración.
La gobernadora añadió que siguen trabajando con el gobierno de la ciudad en buscar de más lugares para acoger a los migrantes «donde sea que podamos encontrarlos». Porque «la ciudad está desbordada», al referirse a los más de 70.000 que han llegado en menos de un año, de los que 42.000 están bajo cuidado de la ciudad, que les provee albergue, comidas y servicios médicos, entre otros, así como educación para los niños.
El alcalde Eric Adams reiteró que la situación ya «no es sostenible». La ciudad está pagando por más de 150 hoteles para alojarles tras el hacinamiento en los albergues públicos y creó 9 Centros de Ayuda y Respuesta a Emergencias Humanitarias, donde les brinda los diversos servicios.
Han llegado 5.800 migrantes solo en una semana
El continuo flujo de migrantes, con más 5.800 solo la pasada semana, según Adams, ha llevado a la ciudad a enviarles a hoteles en el norte del estado, donde ha encontrado resistencia de sus directivos.
«Estos son cifras reales y van a impactar en todos los servicios de la ciudad», indicó el alcalde, que el año pasado decretó un estado de emergencia ante la crisis humanitaria. Pero afirmó hoy que la ciudad no puede seguir funcionando «en modo de emergencia».
El político demócrata expresó que hay que «tener claro en este momento que este desafío es de proporciones «épicas»: «Hemos gastado más de 1.000 millones de dólares. Se proyecta que gastaremos cerca de 4.300 millones, si no más. Treinta millones no se acercan a lo que esta ciudad está pagando por un problema nacional», sostuvo, en referencia a la cantidad que dijo haber recibido del gobierno federal.
El pasado abril Adams ya pidió al presidente Joe Biden que facilitara «de inmediato» el TPS para los migrantes.
La presidenta del Concejo de la ciudad, Adrienne Adams, se unió también al reclamo al señalar en un comunicado que el gobierno federal debe eliminar las barreras para facilitar el permiso de trabajo, lo que a su vez ayudaría a las empresas a «cerrar las brechas» que han estado socavando su fuerza laboral.
«El Concejo ha reiterado la necesidad de que se acelere una autorización de trabajo para los solicitantes de asilo, y una vez más insto a la acción inmediata», señaló.
Durante la conferencia de ptrensa se escuchó el reclamo del migrante venezolano Yvert Rada, que llegó hace 20 días a la ciudad y pidió a Biden «que nos ayude con los permisos de trabajo y así poder tener la vida digna que nos merecemos y ayudar a nuestras familias».