El número de migrantes muertos en el naufragio de una embarcación en Panamá ascendió a cinco, informó la policía fronteriza, mientras continuaba la búsqueda de un desaparecido.
«Tenemos en estos momentos contabilizados cinco cuerpos y nos mantenemos en búsqueda de un sexto cuerpo que ha sido reportado como desaparecido», afirmó el viernes Jorge Gobea, director del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), en una entrevista con el canal panameño TVN-2.
El miércoles una embarcación con 27 migrantes a bordo, en su mayoría afganos, naufragó por el mal tiempo cerca de la bahía de Carreto, en la comunidad indígena de Guna Yala en la costa caribeña, a unos 25 kilómetros de la frontera con Colombia.
Entre los cinco fallecidos hay un menor de edad. En la embarcación, según Gobea, viajaba incluso un bebé de tres meses.
«Es un área donde en estos momentos el mar está intransitable, hay gran cantidad de oleajes», señaló.
«La labor de rescate de los cuerpos ha sido difícil porque ellos en realidad fueron ubicados en un risco, y a los riscos ahora mismo no se puede llegar, solamente por tierra», añadió.
Las autoridades panameñas sospechan que los migrantes eran trasladados por traficantes de personas.
Panamá se ha convertido en una ruta para los migrantes que tratan de llegar a Estados Unidos procedentes de Sudamérica.
Son principalmente venezolanos, haitianos y ecuatorianos, aunque también hay asiáticos, principalmente chinos, y africanos.
La mayoría ingresa por la inhóspita selva del Darién, en la frontera con Colombia, pero también lo hacen en embarcaciones por la comarca indígena de Guna Yala.
«Es una ruta extremadamente violenta para las embarcaciones que transitan por ese sector», afirmó Gobea, pues grupos criminales tratan de introducir migrantes por esta comarca indígena en horas de la madrugada.
A su paso por Panamá, los migrantes enfrentan oleajes en el mar, crecidas de ríos, animales peligrosos y grupos criminales en la selva.
En 2023, más de 520.000 personas, entre ellas 120.000 niños, ingresaron a Panamá por la jungla del Darién, una cifra récord.
En enero de 2024 ya cruzaron la selva panameña 36.000 migrantes, 12.000 más que en el mismo período del año anterior, según datos oficiales.
Los grupos criminales «establecen rutas por sectores, las venden como un paquete turístico y engañan al migrante, que piensa que llegar a Panamá es cruzar solamente el cordón fronterizo», sostuvo Gobea.
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