Países Bajos ha identificado durante el último año un aumento de las víctimas de explotación sexual procedentes de América Latina, principalmente Colombia, Brasil y Venezuela, con especial preocupación por la prostitución a domicilio y los servicios de compañía, sectores más invisibles para las autoridades neerlandesas que luchan contra la trata.
Las autoridades neerlandesas han identificado el año pasado 868 víctimas de la trata de personas, 54% más que en 2022, pero la cifra de detección sigue siendo baja porque se estima que anualmente alrededor de 5.000 personas son víctimas de esta lacra. Más de la mitad son casos de explotación sexual, con un ascenso alarmante en la prostitución a domicilio y los servicios de compañía.
Pero estas cifras anuales, publicadas este viernes por Conny Rijken, la Relatora Nacional sobre la Trata de Personas y la Violencia Sexual contra Niños en Países Bajos, alertan sobre todo de un “fuerte aumento” del número de víctimas de la trata procedentes América Latina durante 2023, lo que se refleja en la explotación sexual y la laboral, en base a informes denunciados por FairWork, una ONG que da visibilidad a la “esclavitud moderna”.
Los efectos de las crisis, en especial en Venezuela, son también visibles en el Caribe neerlandés y otros territorios del Reino de Países Bajos, alerta la Relatora.
En 2023, sólo 22% de las víctimas de la trata identificadas en Países Bajos son de nacionalidad neerlandesa, mientras que el resto provienen, entre otros, de otros países europeos (28%), de África (28%) y, “cada vez más, de América Latina (14%)”.
“El número de casos de víctimas africanas y, especialmente, latinoamericanas ha crecido considerablemente en comparación con 2022, 58% y 134% más, respectivamente”, advierte Rijken, en una publicación que coincide con el Día Europeo contra la Trata de Personas.
En 2023, se identificó a 178 víctimas africanas de explotación sexual, muchas de ellas fueron explotadas en la prostitución a domicilio (126 personas, frente a las 77 de 2022).
En cuanto a las personas de nacionalidades latinoamericanas, unas 68 de las 124 víctimas de la trata han sido explotadas sexualmente, frente a las 26 del año anterior, también a menudo explotadas en la prostitución a domicilio (26 casos, frente a los 12 del año anterior), aunque no se ha podido especificar el sector de 36 víctimas de explotación sexual.
Justicia
Se observa una correlación entre la nacionalidad de la víctima y el sector de explotación: las neerlandesas son relativamente más propensas a ser explotadas sexual o criminalmente; las de otras nacionalidades europeas son con mayor frecuencia explotadas laboralmente; y las de origen africano suelen ser explotadas sexualmente, según el informe, que tiene en cuenta también datos de Extranjería (IND) y la Fiscalía.
“Vemos que en una parte considerable de estos casos se produce una condena por tráfico de personas, pero no por trata de personas, a pesar de las indicaciones de trata. La situación vulnerable en la que se encuentran estas víctimas y el abuso de esa situación deberían recibir más atención durante el proceso judicial y la condena de estos casos”, agregó Rijken.
El aumento en el número de víctimas en la prostitución a domicilio es “preocupante”, ya que este sector es menos visible para las autoridades, y requiere una adaptación de las herramientas de investigación y mayores capacidades de rastreo digital para una detección eficaz. “El cambio hacia los sectores menos visibles requiere una adaptación de los esfuerzos de las agencias de investigación, donde la detección digital se vuelve cada vez más importante’, señala la Relatora.
En al menos el 68% de los 78 casos resueltos en 2023 el juez dictó condena por trata de personas, y el porcentaje de absoluciones parece ser algo menor que en 2022. Sin embargo, la proporción de casos archivados por la fiscalía aumentó del 50% al 56%, mientras que el número de sospechosos identificados y la cifra de investigaciones iniciadas ha disminuido el pasado año.
El control y la coerción por parte de los criminales de la trata suelen llevarse a cabo a través del teléfono móvil, mientras que los anuncios se difunden a través de canales digitales y los pagos tienden a realizarse ‘online’.
La relatora subraya que los datos recopilados arrojan luz sobre una perspectiva específica de la naturaleza y magnitud de la trata de personas en Países Bajos, y recuerda que solo una parte de las víctimas y perpetradores es identificada oficialmente y es “importante seguir buscando formas de obtener más información en cifras sobre esta lacra.
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