Una emboscada y la detonación de un carro bomba atribuidos a disidentes de la guerrilla de las FARC dejaron cuatro policías muertos en el suroeste de Colombia este fin de semana, en dos nuevas violaciones a la tregua pactada por las autoridades con los rebeldes.
«Acompañamos de corazón a la familia de nuestro subintendente Carmelo José García, víctima del atentado terrorista con carro bomba contra la subestación del corregimiento de Timba, en Buenos Aires,(departamento de) Cauca». Así lo escribió este domingo en la red social X (antes Twitter) el director general de la Policía, general William Salamanca.
Salamanca también lamentó la muerte de otros tres uniformados en una emboscada el día anterior.
Ataques de las FARC
El carro bomba fue detonado la madrugada del domingo, a unos 30 kilómetros del municipio de Morales, donde ocurrió la letal emboscada del sábado. La región es un bastión del Estado Mayor Central (EMC), el principal grupo de disidentes del pacto de paz que desarmó a la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) en 2017.
A finales de mayo, el presidente colombiano, el izquierdista Gustavo Petro, suspendió en cuatro departamentos del sur del país la tregua que había acordado con los rebeldes, tras el asesinato de cuatro menores. Sin embargo, mantuvo el cese al fuego en Cauca, donde sucedieron los dos ataques de este fin de semana.
«Es un acto del EMC para presionar un cese al fuego y escapar de la presión que viene haciendo la Fuerza Pública contra esta organización criminal», explicó el Ministerio de Defensa en la misma red social.
La cartera fijó una recompensa equivalente a 50.000 dólares por información sobre el paradero de «Marlon Vásquez, jefe del frente Jaime Martínez de las disidencias, alias El Paisa, Samper y Martín», quienes estarían tras ambas acciones.
Petro anticipó que mañana realizará un consejo de seguridad en Cauca «donde se tomarán medidas importantes».
Liderado por Iván Mordisco, el EMC hace parte de los grupos armados ilegales con los que Petro quiere negociar y acordar el desarme dentro de la llamada «Paz Total».
Pero la oposición denuncia que los armados han aprovechado esta política para fortalecerse y atacar a la fuerza pública.