Miles de ciudadanos trasladaron su inconformismo a la gestión del presidente Gustavo Petro a las calles de las principales ciudades de Colombia. Este espacio, otrora fortín de la izquierda, esta vez fue testigo de la que es sin duda la marcha más grande que se ha realizado en contra del gobierno de Petro.
Los ciudadanos se congregaron para declarar su rechazo a la política de seguridad del gobierno, a su intento por reformar el sistema de salud sin pasar por el Legislativo y al proceso que plantea el jefe de Estado para reformar la Constitución, entre otros temas.
“Fuera, Petro” se escuchó en las principales plazas del país, en una serie de manifestaciones que no tuvieron una cara visible.
En las calles hubo médicos, transportistas, campesinos y representantes de otros sectores de la economía y la sociedad, y también se hicieron presentes líderes y voceros de sectores políticos de la derecha y el centro.
Aunque se esperaba que varias organizaciones de los colectivos de mujeres salieran a protestar por la falta de apoyo por parte de la vicepresidenta Francia Márquez y del Ministerio de la Igualdad, su participación se aplazó.
“Presidente Gustavo Petro, le pido que respete la democracia, nuestra Constitución y lo más importante, que respete la diferencia. De los disensos se pueden construir consensos. Gobierne para todos, no solamente para unos ni para aquellos que votaron por usted, muchos de los cuales se arrepienten por haberlo elegido”, señaló el senador de Cambio Radical David Luna, a quien se le vio este domingo en las manifestaciones en la capital.
En el caso de Bogotá, Cali y Medellín, las movilizaciones comenzaron a las 10;00 de la mañana. El parque Nacional fue el punto de encuentro en la capital, donde las lluvias no impidieron que más de 70.000 personas, según el reporte de la Secretaría de gobierno, marcharan desde ese sitio hasta la plaza de Bolívar, la cual coparon hacia el mediodía.
Con pitos y sirenas, decenas de conductores de tractomulas (vehículos de carga) llegaron al centro de la ciudad a apoyar la movilización, respaldo que ya había anunciado la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia.
Las otras capitales de Colombia
La ciudad que más congregó manifestantes fue la capital antioqueña. Según datos del secretario de Seguridad, Manuel Villa, salieron cerca de 350.000 personas desde 3 puntos: la avenida Oriental con La Playa (centro), la estación Estadio del Metro y el parque de El Poblado. El punto de encuentro fue el parque de Las Luces, en las inmediaciones del Centro Administrativo La Alpujarra.
Barranquilla fue la ciudad que dio inicio a la jornada de protesta. Los manifestantes se dieron cita desde las 8:00 am en el monumento de Joe Arroyo con pancartas en las que expresaban su voz de rechazo contra las reformas sociales del Ejecutivo. “No a las «petrorreformas», no al alza del A. C. P. M.”, se leía en una de ellas.
Motivos similares expresaron los cerca de 40.000 ciudadanos que según la Secretaría de Seguridad de la ciudad se congregaron en Cali y que cerraron la jornada en la plazoleta de San Francisco. Y hubo plantones en Bucaramanga, Villavicencio y Cartagena.
Marchas pacíficas
Según el director de la Policía Nacional, general William René Salamanca, para la jornada del domingo se destinaron cerca de 23.000 uniformados a escala nacional.
No hubo disturbios ni discursos de líderes de la oposición. Según dijeron, lo que se busca es demostrar que se trata de una iniciativa ciudadana que también pretende que se le mida en las calles, una especie de «termómetro» que el propio gobierno ha propuesto para promover sus iniciativas que no han pasado el filtro en el Congreso de la República.
Mientras algunas personas permanecían en las plazas centrales cantando el himno nacional y agitando banderas de Colombia, el gobierno respondió.
La primera en hacerlo en la red social X fue la mano derecha del jefe de Estado y directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, Laura Sarabia: “Hoy debemos tener la grandeza de reconocer que muchas personas se movilizaron, que lo hicieron con todas las garantías y pudieron expresar su descontento”.
Sarabdia dio a entender que esta jornada puede marcar una fecha clave para el gobierno. “Esta es una semana que como gobierno debemos afrontar en reflexión y autocrítica”, afirmó.
El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, también se pronunció. Alabó el comportamiento de los manifestantes, dijo que las marchas habían transcurrido con normalidad (la excepción fue una agresión a un equipo de periodistas de RTVC Noticias y a dos comunicadores de EL TIEMPO, en Barranquilla) y aseguró que las protestas son “un mensaje político que sabremos recibir”.
Y desde muy temprano, cuando las personas empezaban a llegar a los puntos de encuentro, desde las cuentas de redes de entidades como la Cancillería o el Ministerio del Interior empezaron a circular publicaciones y mensajes con cifras sobre la gestión del gobierno y la consigna “se nota el cambio”.
Funcionarios como Gustavo Bolívar, director del DPS; Daniel Rojas Medellín, presidente de la SAE, y la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, se sumaron a la particular campaña, que se difundió al mismo tiempo que en las calles le reclamaban al gobierno.
Otras voces en Colombia
“Si el gobierno continúa aislado creyendo que lo de hoy es solo un lamento de la élite y en consecuencia no rectifica, su mayor problema en el 2026 va a ser el severo juicio de la izquierda. Su maximalismo terminará en una lánguida oportunidad de cambio perdida”, opinó el senador Humberto de la Calle en su cuenta de X.
El senador concluyó que las marchas no fueron una manifestación que se le pueda atribuir solo a la oposición. “Fallaron sus asesores: predecir que la marcha solo era del Centro Democrático, más que un gran error de juicio fue un enorme tiro en el pie. Es regalarle a ese partido un triunfo que fue una movilización genuinamente ciudadana”, añadió.
La representante de la Alianza Verde Catherine Juvinao, quien apoyó al presidente en campaña, expresó: “Gustavo Petro perdió las calles. Los marchantes que protestan hoy de forma multitudinaria son en buena parte el ‘poder constituyente’. Ojalá el presidente tenga la estatura para entender que las mayorías le están hablando fuerte”.
La analista política María Lucía Jaimes indicó que Petro debe tomar nota y atender los reclamos de la multitud y que en las decisiones que adopte a partir de estas marchas se juega gran parte del futuro político de su mandato.
El presidente se pronunció en sus redes y si bien insistió en que buscan derrocar «el gobierno del cambio», tendió puentes para un diálogo.
“Más allá de los políticos y partidos de derecha que querían tener el protagonismo de las marchas, también salieron ciudadanos que dicen no tener una afiliación política pero que están cansados de la forma en la que se está manejando al país. Salieron municipios que normalmente son ajenos a este tipo de dinámicas como son Cajicá y Chía, en Cundinamarca, por ejemplo. También hay que revisar zonas que han sido fortín político de la izquierda como Nariño”, dijo la analista Jaimes.
Guido Hurtado, politólogo e historiador, expresó que en su criterio el presidente Gustavo Petro “está perdiendo cada vez más adeptos”, en referencia a sectores que no hacían parte de su fortín electoral pero que decidieron apoyarlo en las elecciones presidenciales de 2022. “Ahora bien, a este gobierno le han puesto todos los palos necesarios en la bicicleta para que esta no ruede”, agregó el experto.
No obstante, advierte que las marchas del domingo en Colombia también se pueden leer como un anticipo del movimiento político para las presidenciales de 2026, «que adquirirá mayor tinte en 2025”.
Las «batas blancas»
El sector salud -uno de los promotores de las marchas del domingo- se movilizó en un contexto álgido para el sistema. Por un lado, el 3 de abril se cayó en la Comisión VII del Senado el proyecto de reforma de la salud del gobierno, y, por otra parte la Supersalud intervino dos de las EPS más grandes del país, Sanitas y Nueva EPS, por lo que 26 millones de colombianos ahora están bajo el control del Estado.
Bajo estas circunstancias -sumada al hueco financiero del sistema de salud-, gremios, académicos y entidades sanitarias concuerdan con el hecho de que es necesario empezar a plantear un diálogo nacional con el que a través de consensos entre los agentes puedan mejorarse o corregirse ciertos aspectos del sistema de salud.
Sobre las razones por las que el gremio de la salud salió a marchar, el doctor Rubén Luna, presidente de la Asociación Colombiana de Trasplante de Órganos, indicó: “Esperamos que este gobierno, este Congreso y todos los futuros gobiernos y congresos entiendan que si van a tomar decisiones en salud debe ser con el apoyo de la ciencia y el conocimiento, pues cada decisión afecta directamente la vida de todos los colombianos”.
Denis Silva, vocero de Pacientes Colombia, solicitó al gobierno ser escuchado en la construcción de una solución de la crisis del sistema.