Cabo Verde está convertido en un hervidero por cuenta del caso del barranquillero Álex Saab, señalado testaferro de Nicolás Maduro, cuya definición de extradición a Estados Unidos está en la recta final.
El millonario empresario farmacéutico Fernando Gil Évora ha tenido que dar explicaciones por sus encuentros con una consultora ligada a la defensa de Saab, mientras que partidos de oposición han salido a advertir que Cabo Verde puede resultar afectado con el caso.
El viernes pasado, el gobierno de Cabo Verde destituyó a Gil Évora de la junta de la empresa estatal Emprofac luego de que se divulgó su presunto desplazamiento a Venezuela y un encuentro con Nicolás Maduro, al que también habría asistido el exfuncionario de Turismo Carlos Jorge Oliveira Gomes.
Gil Évorade emitió luego un comunicado en el que niega haberse desplazado a Venezuela y pernoctado en el Palacio de Miraflores, tras una reunión con Maduro.
Sin embargo, admite un viaje para encontrarse con miembros de la defensa de Saab, pedido en extradición por Estados Unidos que lo proceso por lavado de activos superior a los 350 millones de dólares, vinculados a contratos corruptos con el régimen para construir casas de interés social.
«Efectivamente viajábamos, misión financiada por grupo de abogados que se ofrecieron voluntarios a asumir gastos de viaje en jet privado español desde La Coruña, por falta de conexión comercial»
En jet privado
«No estuvimos en ningún palacio presidencial, por lo que no contactamos con ningún presidente y mucho menos con entidades gubernamentales de otro país. En este sentido, es globalmente falso hablar de mítines políticos, etc., y queremos desmentirlos por completo porque solo sirven para alimentar el deleite de algunos que quieren que nos involucremos a la fuerza en alguna trama de la que no somos y no queremos formar parte”, explica Gil Évora, en su comunicado.
Sin embargo, admite que viajó a España, por invitación de una consultora caboverdiana en el ámbito de la aviación civil, que presta servicios al grupo jurídico de Alex Saab desde junio.
La consultoría, dice el comunicado, buscaba únicamente conocer y establecer los procedimientos para la obtención de las autorizaciones para vuelos y la obtención de las visas de entrada en Cabo Verde, «así como otros aspectos logísticos ante la imperiosa necesidad de que el grupo viaje a nuestro país”.
En este contexto, Gil Évora afirma que el viaje resultó de una invitación hecha por el grupo de abogados, para sostener una reunión para planificar y programar vuelos y visados programados para septiembre y octubre a la Isla de Sal, donde Saab permanece tras su captura el 12 de junio.
Y agrega: “Se programó esta misión para San Vicente y las Granadinas donde efectivamente viajábamos, misión financiada íntegramente por el grupo de abogados que se ofrecieron voluntarios para asumir los gastos de viaje en un jet privado español desde La Coruña, teniendo en cuenta la falta de conexión en vuelos comerciales”.
Simultáneamente, miembros de la oposición han manifestado preocupación por las consecuencias que pueda tener para Cabo Verde el caso Saab, por la tensión entre Venezuela y Estados Unidos.
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