El líder social colombiano Jorge Solano Vega fue asesinado a tiros este martes en el municipio de Ocaña, en el departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela, durante un atentado en el que desconocidos le dispararon en su propia casa.
«Jorge Solano Vega, líder social de Ocaña, Norte de Santander, fue hoy víctima de política de odio e intolerancia en nuestro país. Fue asesinado en su propia vivienda», informó la Defensoría del Pueblo sobre el crimen ocurrido en esa convulsa región.
La entidad solicitó con urgencia una gestión interinstitucional del Estado para una protección efectiva de apoyo a las comunidades impactadas, y pidió a la Unidad Nacional de Protección extremar las medidas de cuidado sobre las personas en riesgo.
El director para las América de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, condenó el crimen del líder social, quien había denunciado corrupción y en mayo reportó amenazas del ELN.
«Las autoridades deben esclarecer su homicidio y redoblar urgentemente las medidas de protección», expresó Vivanco en Twitter.
Aumentan asesinatos de líderes
La organización no gubernamental Somos Defensores denunció este martes en un informe que la violencia contra los líderes sociales se incrementó en Colombia durante el primer semestre del año, periodo durante el cual fueron asesinados 95 de ellos, 61% más que entre enero y junio de 2019.
La organización señaló que las medidas de aislamiento social impuestas para mitigar la covid-19 no solo no impidieron las acciones violentas contra los líderes sociales sino que, por el contrario, estas se recrudecieron.
La organización reiteró que durante la cuarentena, vigente desde el 25 de marzo, los defensores han sido blancos más fáciles para las bandas armadas ya que muchos de ellos fueron asesinados en sus propios hogares e incluso en presencia de sus familiares, como ocurrió en el caso de Solano.
Representante de víctimas
Solano era el delegado de la mesa municipal de víctimas del conflicto armado en esa región y en 2019 fue retenido, junto con un equipo de periodistas, por integrantes de la guerrilla del ELN.
En esa ocasión, los guerrilleros retuvieron por unos minutos al líder y a los comunicadores a quienes despojaron de sus equipos de grabación y se llevaron la camioneta que la Unidad Nacional de Protección había asignado al defensor de derechos humanos.
Solano Vega trabajó en 2015 con el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz en la ejecución un proyecto con líderes de la convulsa región del Catatumbo.
En el Catatumbo, las guerrillas del ELN y el Ejército Popular de Liberación, así como las disidencias de las FARC y otras bandas se enfrentan permanentemente por el control de corredores para el narcotráfico y cultivos de coca.
La disputa por el territorio pone en peligro la vida de más de 250.000 personas de la región que son obligadas a desplazare en algunos casos, o quedan bajo el fuego cruzado o atrapadas en sus casas por los «paros armados» que hacen las guerrillas para mostrar quién tiene más poder.
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