A sus 47 años de edad, Rubiela Loaiza no sabía leer ni escribir. Sin embargo, luego de que su hijo fue diagnosticado con cáncer, decidió aprender para poder comprender mejor las indicaciones de los médicos y cuidar mejor de su pequeño.
La mujer, oriunda del departamento Caquetá, Colombia, llegó a la ciudad de Bogotá hace 11 meses para que su hijo recibiera tratamiento para el cáncer.
“Yo vengo del campo, pero no había tenido la posibilidad de estudiar porque yo estaba viviendo con una pareja y él decía que para qué estudiar”, contó a Noticias Caracol.
Explicó que cuando los doctores le entregan las recetas con los medicamentos y las indicaciones para tratar al pequeño, se le dificultaba comprender lo que tenía que hacer porque no entendía los documentos.
Es por eso que de la mano de la profesora de su hijo, en el Instituto Nacional de Cancerología de Colombia, Loaiza se propuso aprender a leer y a escribir.
“Ella miraba las fórmulas y no comprendía absolutamente nada. Entonces eso me causó curiosidad y yo me quedé con ella y después le pregunté que si ella sabía leer y escribir. Me dijo que no, que si yo le podía enseñar porque obviamente sabía que yo era la profesora”, aseguró Lina Ramírez, profesora en el Instituto Nacional de Cancerología.
Mientras su hijo recibía el tratamiento médico, la mujer tomaba las clases en la escuela del centro médico.
“Empezamos a trabajar y realmente fue como con un niño de preescolar, no hay diferencia. Ella es una mujer que le gusta colorear, recortar, hacer cosas como un niño y nunca las había vivido, entonces empezamos ese proceso de aprendizaje”, explica la docente.
Después de ocho meses de estudio, Rubiela no solo aprendió a leer y a escribir, también a sumar y a restar.
“Lo más bonito fue que aprendí ya a leer y ya me gradué, que ese era el sueño que tenía”, expresó.
Loaiza afirmó que seguirá estudiando cuando regrese a su pueblo de origen.
“Nunca es tarde para aprender. Entonces pues si a uno le salen oportunidades hay que aprovecharlas todas”, destacó.