Jolande Penninks, fundadora de Gumbudy, ideó junto a cuatro jubilados profesionales una manera de mantener a Ámsterdam más limpia.
La organización Gumbudy creó el primer zapato hecho a base de chicles recogidos de las calles. Anteriormente había instalado tableros en el país con la representación de un mapa mundial para que las personas pegaran sus chicles en ellos, reseñó El País.
Marijn Bosman, un miembro de la organización, señaló que el ayuntamiento no puede combatir solo la situación y es por eso que ideas como esta son bien recibidas.
«Ámsterdam es una ciudad de la que podemos enorgullecernos y que queremos mantener limpia. El Ayuntamiento no puede hacerlo solo. Por eso acogemos con gusto las iniciativas creativas como esta para que tengamos una ciudad limpia y acogedora», señaló Marijn Bosman.
Con información de El País.