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Amnistía Internacional se mantiene firme pese a polémica por su informe sobre Ucrania 

Por AFP
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Amnistía Internacional (AI) se mantiene firme en su postura, con su secretaria general dando la cara por el informe en que critica la actuación del gobierno de Ucrania durante la invasión rusa, pese a las numerosas críticas recibidas por supuestamente legitimar la narrativa rusa del conflicto.

El 4 de agosto, la organización publicó una nota de prensa acusando a Kyiv de poner en peligro la vida de civiles al establecer bases militares en escuelas y hospitales y de lanzar ataques desde zonas pobladas.

Tras su difusión, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski acusó a la ONG de excusar al «Estado terrorista» de Rusia y de poner en un mismo nivel a «la víctima y el agresor». Numerosos responsables ucranianos se hicieron eco de estas acusaciones.

Fricciones dentro de Amnistía Internacional

Pero la cuestión también ha causado fricciones dentro de Amnistía Internacional fundada en 1961, que ganó el Premio Nobel de la Paz en 1977 y ahora tiene oficinas en más de 70 países.

La responsable de su oficina en Ucrania, Oksana Pokalchuk, ha dimitido destacando que su equipo no había sido consultado adecuadamente sobre un informe que sirve involuntariamente a «la propaganda rusa».

El comunicado de prensa inicial de Amnistía fue rechazado por el equipo local de la organización en Ucrania, que se negó a traducirlo o subirlo a su sitio web.

Esta controversia supone la mayor crisis hasta la fecha para la organización bajo la actual secretaria general, Agnes Callamard, una curtida experta en derechos humanos y fichaje estrella para dirigir el organismo tras servir como relatora especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales.

Callamard, por ejemplo, dirigió la investigación internacional sobre el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado del reino en Estambul en 2018.

Tras la publicación del informe de Ucrania, la responsable se enfrentó a las «turbas y trols de las redes sociales» que atacaban la investigación de la organización.

Respaldan el informe

El viernes dijo a la AFP en un correo electrónico que AI «respalda plenamente» el informe, que está sujeto a «los mismos estándares rigurosos» que el resto de publicaciones del organismo.

El domingo, la ONG lamentó en un comunicado la «indignación», «angustia» y «dolor» causados con su informe, pero resaltó que mantenía «completamente» sus conclusiones.

Sus investigadores encontraron pruebas de que las fuerzas ucranianas lanzaban ataques a partir de zonas residenciales pobladas y habían establecido bases en 19 localidades de estas regiones, «justo al lado de donde habitaban civiles».

La evaluación se basó en las normas del Derecho Internacional Humanitario (DIH), dijo Amnistía, al tiempo que señaló los múltiples informes que había publicado durante el último mes acusando a Rusia de violaciones y crímenes de guerra en Ucrania.

Pero su defensa no ha hecho nada para amortiguar el oprobio que se acumula sobre la organización, tanto en Ucrania como en el extranjero.

El diario Times de Londres escribió en un editorial que Amnistía estaba «haciendo trizas su credibilidad al servir como megáfono para la propaganda del régimen de Putin» con un informe que «no presta atención a las realidades de las operaciones militares».

Acusaciones desmedidas

«Amnistía ahora está en bancarrota moral, su obsesión antioccidental la ha llevado a la cuneta», agregó el derechista Daily Telegraph.

Como se esperaba, el informe encontró lectores entusiastas en la embajada rusa en Londres, la cual afirmó en un tuit que los hallazgos del informe confirmaban «exactamente lo que Rusia ha estado diciendo todo el tiempo».

En un artículo para la web Ukrainska Pravda, sin embargo el abogado británico de derechos humanos Wayne Jordash y la abogada ucraniana Anna Mykytenko acusaban a Amnistía de utilizar una metodología «poco clara». «Las conclusiones son breves en hechos y análisis, y largas en acusaciones desmedidas», escribieron.

Amnistía Internacional ha insistido en que contactó al gobierno ucraniano varios días antes de la publicación del informe, compartiendo coordenadas de GPS y más información confidencial que no aparece en el comunicado de prensa para proteger a los civiles sobre el terreno.

Una de las críticas más lacerantes, sin embargo, fue la de la propia Pokalchuk. «Si no vives en un país invadido por ocupantes que lo están destrozando, probablemente no entiendas lo que es condenar a un ejército de defensores», afirmó en su comunicado de renuncia.

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