Al menos 22 muertos, 20 desaparecidos y 47 heridos deja el potente aluvión que arrasó el lunes una cancha deportiva en Quito, causado por las lluvias más intensas que ha soportado la capital ecuatoriana en dos décadas.
Nadie recuerda una destrucción de tal magnitud en esta ciudad de unos 2,7 millones de habitantes. El lodo y los escombros se amontonaban a lo largo de más de 1 kilómetro de la avenida La Gasca, la más golpeada por la correntada.
«Hay 22 fallecidos que están ingresados a la morgue», dijo el alcalde de Quito, Santiago Guarderas, en rueda de prensa conjunta con otras autoridades, reportando también 20 personas desaparecidas y 47 heridos, incluidos dos en estado crítico.
Previamente, el general César Zapata, jefe de la policía en Quito, informó sobre 18 fallecidos.
El fuerte aguacero cayó por unas 17 horas continuas sobre la ciudad y desprendió una ladera y formó el aluvión, que a su paso destruyó viviendas, vehículos, postes eléctricos y una cancha de barrio descubierta donde aficionados jugaban voleibol ante el público.
Un embalse para el agua que desciende de la montaña, con capacidad para 4.500 m3, colapsó al recibir un caudal casi cuatro veces mayor, según Guarderas.
«La gente estaba jugando ahí y no alcanzó a escapar. Los agarró de repente y arrastró la cancha», dijo a la AFP Freddy Barrios González.
Este obrero de 56 años de edad estaba trabajando en los exteriores del sitio cuando los sorprendió el torrente. «Los que alcanzaron a correr se salvaron, una familia quedó sepultada. Aquí quedaron muertos, ya los sacaron», añadió.
El general Zapata no descartó que se encuentren más cuerpos sepultados bajo miles de metros cúbicos de lodo y escombros.
Ríos de lodo en Quito
Desde tempranas horas militares con perros adiestrados rastrean los alrededores de la cancha en busca de sobrevivientes.
El sitio estaba cercado y contaba con varias gradas. Al momento del siniestro un número indeterminado de jugadores y aficionados estaban adentro.
La correntada, que se originó en las faldas del volcán Pichincha donde se asienta la capital, afectó principalmente al sector noroccidental de la ciudad, que viene siendo castigada por fuertes aguaceros.
«Solo se escuchó una explosión», manifestó a la AFP Mauro Piñas, quien relató que vio descender «ríos de lodo».
El Servicio Nacional de Gestión de Riesgos estima que unas 200 personas quedaron damnificadas por el desastre natural.
El socorrista Cristian Rivera indicó que varias de las víctimas sufrieron hipotermia durante el aluvión y que el «lodo llegaba hasta las rodillas».
Entre las estructuras dañadas también está un puesto policial y una subestación de energía eléctrica.
«Tragedia de La Gasca»
El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, quien el lunes viajó a China, expresó por Twitter sus condolencias a los familiares de los muertos «en la tragedia de La Gasca».
«Seguimos trabajando en las labores de búsqueda y rescate, acciones de contención, atención psicológica y traslado de heridos a casas de salud», añadió.
Según el alcalde Guarderas, Quito recibió más agua de la esperada.
El sábado la lluvia alcanzó los 3,5 litros por metro cuadrado y la de este lunes, los 75 litros por m2, cuando se pronosticaban 2 litros por m2.
Es «una cifra récord, que no la habíamos tenido desde el año 2003», enfatizó.
En el foco de la emergencia todavía se ven calles cerradas por el lodazal. El servicio eléctrico se ha ido restableciendo de manera progresiva.
Hasta el fin de semana la época de lluvias, que desde octubre golpea a 22 de las 24 provincias, dejaba 18 fallecidos y 24 heridos.
Además, había 2.800 afectados y unos 200 damnificados, de acuerdo con Gestión de Riesgos.
Las afectaciones alcanzan a carreteras, áreas agrícolas y viviendas, así como centros de salud y de educación.