El líder de la oposición rusa, Alexei Navalny, se declaró este miércoles 31 de marzo en huelga de hambre en prisión después de denunciar en los últimos días un repentino deterioro de su salud.
«Exijo que me permitan ver al médico. Mientras eso no suceda, me declaro en huelga de hambre», dijo Navalny en una carta escrita a mano y colgada en la cuenta oficial de su equipo en Telegram.
Navalny, que se encuentra desde el pasado 11 de marzo en el centro penitenciario número 2 de la región de Vladímir, cerca de Moscú, asegura que cada reo tiene el derecho de invitar a un especialista para que le examine y consulte.
«Incluso yo (tengo ese derecho), aunque sea inocente», agregó en la misiva, dirigida al director de la prisión.
El opositor denunció que, pese al agudo y progresivo dolor, primero en la espalda, después en la pierna derecha y ahora en una parte entumecida de la pierna izquierda, tampoco le han recetado medicinas para aliviar el sufrimiento.
«Me las arreglaría de alguna forma con una sola (pierna). Pero no quiero quedarme sin las dos piernas. Eso sería injusto», escribió con el sarcasmo.
Navalny recordó que en agosto de 2020 fue envenenado con el agente químico Novichok cuando se encontraba en Siberia, tras lo que cayó en coma y fue trasladado a una clínica en Alemania, por lo que sugiere que ese puede ser el motivo de su actual deterioro de salud.
El opositor, que cumple dos años y medio de cárcel, denunció la pasada semana que las autoridades carcelarias han ignorado sus insistentes peticiones de ser examinado por un médico independiente y acusó a los funcionarios de prisiones de someterle a tortura por privación de sueño al despertarle cada hora todas las noches.
«Considero que el empeoramiento de mi estado de salud es una consecuencia directa de la acción e inacción de los funcionarios de los servicios penitenciarios destinada deliberadamente a negarme la debida asistencia médica y minar mi salud», afirmó.
Medio millar de médicos han firmado una petición en la que demandan al Kremlin y a los servicios penitenciarios la inmediata asistencia médica a Navalny.
Además, su esposa, Yulia Naválnaya, se dirigió al presidente ruso, Vladímir Putin, desde su cuenta de la red social Instagram para que libere inmediatamente al político, aunque el Kremlin le recomendó dirigirse a los servicios penitenciarios.
Alexei Navalny, de 44 años de edad, llamó campo de concentración al centro penitenciario donde cumple su condena, que la oposición y Occidente consideran fabricada.
El opositor acusa a Putin de haber ordenado su asesinato al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).