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Alerta de sarampión en el principal refugio para migrantes de Chicago

por Avatar EFE

El Departamento de Salud Pública de Chicago (EE UU) confirmó este viernes que un niño alojado en un refugio que alberga a más de 1.800 migrantes fue diagnosticado con sarampión. Esto supone el segundo caso en menos de 24 horas reportado en la ciudad.

Las autoridades de salud explicaron que el niño contagiado se recuperó y ya no es contagioso; al igual que el primer caso del que no se dieron explicaciones.

No obstante, se está investigando con quién pudo haber entrado en contacto el niño migrante mientras podía transmitir la enfermedad a otros. Han pedido a las personas que viven en el refugio a permanecer en las instalaciones hasta que sean examinados.

Posible brote de sarampión

El refugio, ubicado en el barrio Pielsen, es el más grande de la ciudad de Chicago. Alberga a más de 1.800 personas, entre ellos cerca de 100 niños menores de dos años.

La ciudad de Chicago está respondiendo con una “gran cantidad de recursos” para evitar que el contagio se extienda, dijo un portavoz del Ayuntamiento en un comunicado este viernes.

Por su parte, el Distrito de Escuelas Públicas de Chicago emitió un comunicado en el que explicaba que el niño no era uno de sus estudiantes. Sin embargo, se ordenó a todos los estudiantes que residen en el refugio no asistir a clases.

Desde 2019 no se habían reportado casos de sarampión en Chicago. En lo que va corrido del año se han notificado un total de 45 casos de esta enfermedad en 17 estado del país, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE UU.

El refugio de Pielsen ha sido objeto de críticas por parte de los defensores de los migrantes, después que un niño de cinco años albergado con su familia en este lugar falleciera en diciembre pasado.

El pequeño Jean Carlos Martínez murió tras haber reportado fiebre y quejarse de dolor en la pierna izquierda.

Chicago ha dispuesto 23 refugios para albergar a más de 11.500 migrantes. Miles de ellos han llegado a la ciudad en autobuses fletados por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott.