El ex presidente de Perú Alejandro Toledo, acusado en su país de corrupción y quien enfrenta un proceso de extradición en Estados Unidos, denunció este jueves inconsistencias y declaraciones bajo coerción por parte del Estado peruano.
«Los dos principales testigos contra el doctor Toledo actuaron bajo coerción», dijo el abogado del ex mandatario, Graham Archer.
Archer se refería a los testimonios del ex responsable de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, y del antiguo amigo y supuesto testaferro de Toledo, el empresario Josef Maiman, sobre cuyas revelaciones se asienta buena parte del caso.
Barata fue el primero en confesar a la Fiscalía que la empresa pagó entre 2004 y 2010 varios millones de dólares a Toledo. A cambio, recibió favores como la adjudicación de la construcción de dos tramos de la carretera Interoceánica sur durante su gestión.
La versión de la Fiscalía peruana señala que ese dinero se entregó a Maiman, quien también confesó a la Justicia que ayudó a blanquear las coimas y que Toledo recibió hasta 35 millones de dólares de Odebrecht.
Tanto Barata como Maiman llegaron a acuerdos de colaboración eficaz con la Fiscalía de Perú, algo que según el abogado del ex presidente ocurrió bajo un escenario de coerción.
Además, Archer denunció supuestas inconsistencias en la acusación peruana. Como cambios relativos a fechas y cantidades de dinero desde que se inició el proceso judicial.
Todo ello con el objetivo de poner en duda la legitimidad del proceso abierto en Perú y dificultar o evitar en último término la extradición.
Al margen de las denuncias de la defensa sobre el proceso, la vista de este jueves ante el juez fue fundamentalmente de procedimiento.
En ella se dilucidó qué documentos adicionales debe facilitar el gobierno estadounidense a la defensa. Además de fijarse una nueva audiencia para el 9 de abril a las 10:00 am hora local.
Luego de varios meses de inactividad por el parón navideño, el juicio en Estados Unidos sobre la extradición de Toledo se reemprendió el miércoles con una vista de varias horas ante un juez de apelación en la que el ex mandatario pidió que le dejen salir de prisión alegando un supuesto deterioro mental por su confinamiento.
La del miércoles es la primera vista con testigos desde que empezó el juicio. Mientras que la defensa presentó a dos profesores universitarios para apoyar la tesis de que Toledo está sufriendo mentalmente, la fiscalía llamó a guardias y responsables de la prisión donde se encuentra.
El ex presidente peruano está acusado de recibir hasta 35 millones de dólares de la constructora Odebrecht. Esto a cambio de favorecer a la empresa brasileña en sus negocios en Perú cuando él era presidente.
Toledo pasó los últimos dos años prófugo en Estados Unidos, donde reside en la localidad de Menlo Park, cerca de San Francisco.
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